Tabla (Rollo) genealógica
de Jesucristo (Jesús, el Cristo: Salvador y Ungido), hijo de David, hijo de
Abraham:
Abraham fue el padre de (procreó a… y así en los demás) Isaac;
Isaac, padre de
Jacob;
Jacob, padre de Judá
y de sus hermanos;
Judá, padre de Fares
y de Zera, cuya madre fue (de: origen) Tamar;
Fares, padre de
Jezrón;
Jezrón, padre de
Aram;
Aram, padre de
Aminadab;
Aminadab, padre de
Naasón;
Naasón, padre de
Salmón;
Salmón, padre de
Booz, cuya madre fue (de: origen) Rajab;
Booz, padre de Obed,
cuya madre fue (de) Rut;
Obed, padre de Isaí;
e Isaí, padre del rey
David.
Abraham: padre de
multitudes y de la promesa, padre de la fe.
Isaac: hijo de la
promesa, esposo de Rebeca.
Jacob: lucha con Dios
y este le cambia el nombre: Israel. Padre de las 12 tribus de Israel.
Judá: escogido por
Dios para ser la tribu de la cual descienda el Mesías. Judá tiene hijos con
Tamar, su nuera, por engaño de ella, para lograr la descendencia que le había
sido prometida (Gén. 38:1-30).
Booz, el de la
historia de Rut, una extranjera. Su madre, Rajab, fue una extranjera, la
prostituta de Jericó.
Isaí el padre de
David, el segundo rey de Israel, el rey conforme al corazón de Dios y de cuya
raíz se profetiza al futuro Mesías: Isaías 11:1 al 5.
David fue el padre de
Salomón, cuya madre había sido la esposa de Urías;
Salomón, padre de
Roboán (2. Cro.1-9);
Roboán, padre de
Abías (2. Cro.10-12);
Abías, padre de Asá
(2. Cro.13);
Asá, padre de Josafat
(2. Cro.14-16);
Josafat, padre de
Jorán (2. Cro.17-20);
Jorán, padre de Uzías
(2. Cro.21);
Uzías, padre de Jotán
(2. Cro.26);
Jotán, padre de Acaz
(2. Cro.27);
Acaz, padre de
Ezequías (2. Cro.28);
Ezequías, padre de
Manasés (2. Cro.29-32);
Manasés, padre de
Amón (2. Cro.33);
Amón, padre de Josías
(2. Cro.34-35);
y Josías, padre de
Jeconías y de sus hermanos en tiempos de la deportación (expatriación) a
Babilonia (2. Cro.36).
Salomón, el más sabio
rey que existió, hijo de la esposa de Urías (Betsabé), con la que David pecó.
Roboam, el rey
causante de la división de Israel.
Entre Jorán y Uzías,
los descendientes de David son ignorados por su pecado al volverse contra Dios
y adorar a otros dioses.
Jeconías se refiere a
Joaquín, hijo de Joacím (Jer.22:30; 1 Cró.3:15-16).
Después de la
deportación (expatriación) a Babilonia,
Jeconías fue el padre
de Salatiel (1. Cro.3:17);
Salatiel, padre de
Zorobabel (1. Cro.3:19);
Zorobabel, padre de
Abiud;
Abiud, padre de
Eliaquín;
Eliaquín, padre de
Azor;
Azor, padre de Sadoc;
Sadoc, padre de
Aquín;
Aquín, padre de
Eliud;
Eliud, padre de
Eleazar;
Eleazar, padre de
Matán;
Matán, padre de
Jacob;
y Jacob fue padre de
José, que fue el esposo (el hombre) de María, de la cual (de quién) nació
Jesús, llamado el Cristo (el ungido, el Mesías).
La descendencia de
Salatiel es continuada a través de su hermano Pedaías, el verdadero padre de
Zorobabel, y quién pudo haber muerto antes de que el niño creciera y por lo
tanto es conocido como hijo de Salatiel, su tío.
Zorobabel es uno de
los que regresan a Israel con el primer grupo de deportados desde Babiblonia:
Esdras 2:2
A partir de ahí no
existen registros en la Biblia. Son los llamados 400 años de silencio.
Así que hubo en total catorce generaciones desde Abraham hasta David,
catorce desde David hasta la deportación (expatriación) a Babilonia, y catorce
desde la deportación (expatriación) hasta el Cristo.
El número 14 (2x7) en la gematría (estudio del significado numérico de la Biblia) se puede interpretar así: 2 = testimonio; 7 = el sello (de que está completo, finalizado) de Dios sobre todo.
El nacimiento de Jesús, el Cristo, fue así (de esta forma): Su madre, María, estaba comprometida para casarse (dar un regalo de compromiso) con José, pero antes de unirse a él (cohabitar ellos), resultó (se encontró) que estaba encinta (tenía bebé en la matriz) por obra del Espíritu Santo. Como José, su esposo, era un hombre justo (equitativo, santo, inocente) y no quería exponerla a vergüenza (exhibirla) pública, resolvió divorciarse de ella en secreto (privado).
La tradición judía establecía que una mujer virgen embarazada fuera considerada como pecadora y por lo tanto era apedreada públicamente por prostitución, o en este caso por adulterio, ya que María ya estaba comprometida y por lo tanto era considerada como si estuviera casada. Con ello caía en total desgracia. El compromiso se completaba al entregar un regalo de compromiso a la novia, y ello ya era considerado parte del matrimonio, por eso la palabra ‘divorcio’. Una vez comprometidos, ya se iniciaba el pacto matrimonial, y el matrimonio se consumía con la ceremonia y después al momento de vivir juntos, con la pérdida de la virginidad (conoció). Se solía comprobar con una sábana blanca en la cama nupcial; las manchas de sangre lo demostrarían.
Pero cuando él estaba considerando (ponderando) hacerlo, (he aquí) se le apareció (mostró) en sueños un ángel del Señor y le dijo: «José, hijo de David, no temas (te alarmes por) recibir (cerca, asociarse íntimamente con) a María por esposa (tuya), porque ella ha concebido (procreado) por obra del Espíritu Santo. Dará a luz (Producirá) un hijo, y le pondrás por (llamarás de) nombre (implica autoridad y carácter) Jesús (hbr. Jehová salva), porque él salvará (libreará, protegerá) a su pueblo (gente) de sus pecados (fallar el blanco).»
Dios aclara quién es el Padre de ese Hijo y su propósito, y con su nombre establece un significado profético: Dios salva: SU pueblo/gente será libre de los fallos al blanco.
Quienes intentan dar en el blanco pero fallan, son quienes son salvos. Los que no intentan, no fallan y no son salvos.
Todo esto sucedió (se completó) para que se cumpliera (llenara, completara) lo que el (fue dicho del) Señor (había dicho) por medio del profeta (diciendo): «(He aquí) La virgen concebirá (en la matriz tendrá) y dará a luz (producirá) un hijo, y lo llamarán (pondrán por nombre) Emanuel» (que significa (traducido es) «Dios con nosotros»).
Cumplimiento de la palabra en Isaías 7:14.
Isaías habla de Emanuel, mientras el ángel de Jesús. Ambos no se contradicen sino que muestran 2 facetas: Jesús es Dios mismo con nosotros y al mismo tiempo nuestro Salvador.
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