domingo, 4 de septiembre de 2016

Mateo 1:1-25 – Genealogía y Nacimiento de Jesús

Mateo comienza su libro haciendo primero un recuento de la genealogía de Jesús por parte de José con el fin de demostrar su linaje real judío.

Tabla (Rollo) genealógica de Jesucristo (Jesús, el Cristo: Salvador y Ungido), hijo de David, hijo de Abraham:

 

Abraham fue el padre de (procreó a… y así en los demás) Isaac;

Isaac, padre de Jacob;

Jacob, padre de Judá y de sus hermanos;

Judá, padre de Fares y de Zera, cuya madre fue (de: origen) Tamar;

Fares, padre de Jezrón;

Jezrón, padre de Aram;

Aram, padre de Aminadab;

Aminadab, padre de Naasón;

Naasón, padre de Salmón;

Salmón, padre de Booz, cuya madre fue (de: origen) Rajab;

Booz, padre de Obed, cuya madre fue (de) Rut;

Obed, padre de Isaí;

e Isaí, padre del rey David.

 

Abraham: padre de multitudes y de la promesa, padre de la fe.

Isaac: hijo de la promesa, esposo de Rebeca.

Jacob: lucha con Dios y este le cambia el nombre: Israel. Padre de las 12 tribus de Israel.

Judá: escogido por Dios para ser la tribu de la cual descienda el Mesías. Judá tiene hijos con Tamar, su nuera, por engaño de ella, para lograr la descendencia que le había sido prometida (Gén. 38:1-30).

Booz, el de la historia de Rut, una extranjera. Su madre, Rajab, fue una extranjera, la prostituta de Jericó.

Isaí el padre de David, el segundo rey de Israel, el rey conforme al corazón de Dios y de cuya raíz se profetiza al futuro Mesías: Isaías 11:1 al 5.

 

David fue el padre de Salomón, cuya madre había sido la esposa de Urías;

Salomón, padre de Roboán (2. Cro.1-9);

Roboán, padre de Abías (2. Cro.10-12);

Abías, padre de Asá (2. Cro.13);

Asá, padre de Josafat (2. Cro.14-16);

Josafat, padre de Jorán (2. Cro.17-20);

Jorán, padre de Uzías (2. Cro.21);

Uzías, padre de Jotán (2. Cro.26);

Jotán, padre de Acaz (2. Cro.27);

Acaz, padre de Ezequías (2. Cro.28);

Ezequías, padre de Manasés (2. Cro.29-32);

Manasés, padre de Amón (2. Cro.33);

Amón, padre de Josías (2. Cro.34-35);

y Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos en tiempos de la deportación (expatriación) a Babilonia (2. Cro.36).

 

Salomón, el más sabio rey que existió, hijo de la esposa de Urías (Betsabé), con la que David pecó.

Roboam, el rey causante de la división de Israel.

Entre Jorán y Uzías, los descendientes de David son ignorados por su pecado al volverse contra Dios y adorar a otros dioses.

Jeconías se refiere a Joaquín, hijo de Joacím (Jer.22:30; 1 Cró.3:15-16).

 

Después de la deportación (expatriación) a Babilonia,

Jeconías fue el padre de Salatiel (1. Cro.3:17);

Salatiel, padre de Zorobabel (1. Cro.3:19);

Zorobabel, padre de Abiud;

Abiud, padre de Eliaquín;

Eliaquín, padre de Azor;

Azor, padre de Sadoc;

Sadoc, padre de Aquín;

Aquín, padre de Eliud;

Eliud, padre de Eleazar;

Eleazar, padre de Matán;

Matán, padre de Jacob;

y Jacob fue padre de José, que fue el esposo (el hombre) de María, de la cual (de quién) nació Jesús, llamado el Cristo (el ungido, el Mesías).

La descendencia de Salatiel es continuada a través de su hermano Pedaías, el verdadero padre de Zorobabel, y quién pudo haber muerto antes de que el niño creciera y por lo tanto es conocido como hijo de Salatiel, su tío.

Zorobabel es uno de los que regresan a Israel con el primer grupo de deportados desde Babiblonia: Esdras 2:2

A partir de ahí no existen registros en la Biblia. Son los llamados 400 años de silencio.

Así que hubo en total catorce generaciones desde Abraham hasta David, catorce desde David hasta la deportación (expatriación) a Babilonia, y catorce desde la deportación (expatriación) hasta el Cristo.

El número 14 (2x7) en la gematría (estudio del significado numérico de la Biblia) se puede interpretar así: 2 = testimonio; 7 = el sello (de que está completo, finalizado) de Dios sobre todo.

El nacimiento de Jesús, el Cristo, fue así (de esta forma): Su madre, María, estaba comprometida para casarse (dar un regalo de compromiso) con José, pero antes de unirse a él (cohabitar ellos), resultó (se encontró) que estaba encinta (tenía bebé en la matriz) por obra del Espíritu Santo. Como José, su esposo, era un hombre justo (equitativo, santo, inocente) y no quería exponerla a vergüenza (exhibirla) pública, resolvió divorciarse de ella en secreto (privado).

La tradición judía establecía que una mujer virgen embarazada fuera considerada como pecadora y por lo tanto era apedreada públicamente por prostitución, o en este caso por adulterio, ya que María ya estaba comprometida y por lo tanto era considerada como si estuviera casada. Con ello caía en total desgracia. El compromiso se completaba al entregar un regalo de compromiso a la novia, y ello ya era considerado parte del matrimonio, por eso la palabra ‘divorcio’. Una vez comprometidos, ya se iniciaba el pacto matrimonial, y el matrimonio se consumía con la ceremonia y después al momento de vivir juntos, con la pérdida de la virginidad (conoció). Se solía comprobar con una sábana blanca en la cama nupcial; las manchas de sangre lo demostrarían.

Pero cuando él estaba considerando (ponderando) hacerlo, (he aquí) se le apareció (mostró) en sueños un ángel del Señor y le dijo: «José, hijo de David, no temas (te alarmes por) recibir (cerca, asociarse íntimamente con) a María por esposa (tuya), porque ella ha concebido (procreado) por obra del Espíritu Santo. Dará a luz (Producirá) un hijo, y le pondrás por (llamarás de) nombre (implica autoridad y carácter) Jesús (hbr. Jehová salva), porque él salvará (libreará, protegerá) a su pueblo (gente) de sus pecados (fallar el blanco).»

Dios aclara quién es el Padre de ese Hijo y su propósito, y con su nombre establece un significado profético: Dios salva: SU pueblo/gente será libre de los fallos al blanco.

Quienes intentan dar en el blanco pero fallan, son quienes son salvos. Los que no intentan, no fallan y no son salvos.

Todo esto sucedió (se completó) para que se cumpliera (llenara, completara) lo que el (fue dicho del) Señor (había dicho) por medio del profeta (diciendo): «(He aquí) La virgen concebirá (en la matriz tendrá) y dará a luz (producirá) un hijo, y lo llamarán (pondrán por nombre) Emanuel» (que significa (traducido es) «Dios con nosotros»).

Cumplimiento de la palabra en Isaías 7:14.

Isaías habla de Emanuel, mientras el ángel de Jesús. Ambos no se contradicen sino que muestran 2 facetas: Jesús es Dios mismo con nosotros y al mismo tiempo nuestro Salvador.

Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió (cerca, asociarse íntimamente con) a María por (como su) esposa. Pero no tuvo relaciones conyugales con ella (conoció) hasta que dio a luz (produjo) un hijo, a quien le puso por nombre Jesús.


José obedece en fe. No tenía garantía de que esto fuera cierto, solo la palabra de un ángel en un sueño. Tenía que confiar en Dios por amor a María.


No tiene relaciones con ella hasta que el niño ha nacido, porque el niño es santo y no quiere ‘contaminarlo’. Después sí consuma el matrimonio, lo que demuestra que María no permaneció virgen. En Juan ya vimos que Jesús tuvo hermanos y hermanas.

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