jueves, 30 de enero de 2014

Cómo estudiar la Biblia de manera efectiva y enfocada, sabiendo qué aplica y qué no…


“Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, y de articulaciones y médulas, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.

Hebreos 4:12 (NVI)

Seguramente has querido estudiar la Biblia alguna vez, pero ¿cómo hacerlo sin ser influenciados por lo que otras personas han dicho o escrito ya? ¿Cómo estudiar la Biblia sabiendo que lo que aprendes es palabra directa de Dios y no la reinterpretación de alguien más?

Muchas veces cuando estudiamos la Biblia después de llevar mucho tiempo dentro de un contexto cristiano, escuchando predicas y enseñanzas de otros, leyendo libros sobre temas bíblicos, etc., nuestra mente ya se ha acostumbrado a interpretar lo que dice en la Biblia de acuerdo a los filtros e interpretaciones que hemos recibido de otros durante años. Eso, a primera vista pareciera son ser tan malo, pues hace más fácil interpretar lo que dice, pero hay un problema crítico… ¿quién me asegura que esas interpretaciones son correctas, y que eso mismo es lo que Dios me quiere decir a mí? ¿Cómo saber cuándo algo que dice en la Biblia es conocimiento general y cuando se trata de algo que Dios me está diciendo personalmente? ¿Cómo saber si lo que dice aplica para mí o solo es parte del proceso que Dios llevó con su pueblo para lograr la salvación? ¿Debo tomar todo lo que dice en la Biblia literalmente o hay cosas que son simbólicas? ¿Y qué del Nuevo y del Antiguo Testamento? ¿Cuál aplica para mí? ¿Puedo realmente aprender e interpretar la Biblia por mí mismo o requiero de estudios especializados para ello y de algún experto en Biblia para poder entender?

Antes de responder esas preguntas es importante tener en cuenta varias consideraciones al respecto:

1.       Durante la última cena, Jesús le dejo claro a sus discípulos que Él mismo, a través de Su Espíritu Santo, les enseñaría todo lo que tienen que saber, sin que sean necesarios maestros – Juan 14:26, 16:13-15, Hebreos 8:10-12. Esto significa que nuestro aprendizaje principal no debe venir de libros, predicaciones, interpretaciones y explicaciones de otros, sino de lo que directamente nos va hablando el Espíritu Santo a nuestra situación personal.

Dios mismo conoce nuestra situación personal y lo que estamos pasando. Él nos hablará directamente a través de su Espíritu y de acuerdo a nuestra situación específica. Pero ojo, lo que Dios nos habla a nosotros de manera personal, no necesariamente es regla para todos.

Si Cristo es la cabeza del Cuerpo y nosotros somos parte de ese Cuerpo, ¿de dónde vienen nuestras órdenes? ¡De Cristo directamente! Es a través de la relación directa, íntima y personal con Él que aprendemos directamente de Él. ¡Sin esa relación somos presa fácil de los engaños de Satanás!

2.       Las enseñanzas del Antiguo Testamento son valiosas para nuestra fe, pero no aplican para la generación del Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento es la compilación de libros judíos relacionados con el Antiguo Pacto, en el cual Dios le promete a Adán, Noé, Abraham, Isaac y muchos más, que enviaría un Mesías, quien liberaría a su pueblo de sus pecados. Dicho pacto se cumple al momento de la muerte de Jesús. Jesús mismo le dejo claro a los religiosos de su tiempo que no venía a abolir (eliminar) dicho pacto, sino a cumplirlo, y eso hizo en la cruz – ‘consumado es’.

Este pacto del Antiguo Testamento ya no es vigente para quienes creemos en él como el Mesías y Salvador, ni para quienes somos considerados ‘gentiles’ (no judíos). Para los judíos que no han reconocido a Cristo como Salvador, este pacto sigue vigente hasta que ocurra la profecía en la cual Jesús se revela a ellos antes del fin de los tiempos.

Antes de morir, durante la Última Cena, Jesús establece un Nuevo Pacto con sus discípulos, el cual está contenido en el Nuevo Testamento. Este pacto no se ha cumplido. Su culminación y cumplimiento serán al momento de las Bodas de Cordero. El símbolo principal de este pacto es la celebración de la Cena del Señor hasta que Cristo ‘la tome con nosotros en las Bodas’.

Por lo tanto, para nosotros aplican las enseñanzas del Nuevo Testamento dejadas por Jesús y sus discípulos. Pablo mismo insta a las iglesias de su tiempo a permanecer en las enseñanzas y tradiciones de Jesús y sus apóstoles.

¿Significa esto entonces que el Antiguo Testamento no tiene valor alguno para el Cristiano de hoy? ¡No! Para nada. La diferencia esta en que no es ley sino ejemplo. Pablo menciona que las enseñanzas e historias del Antiguo Testamento son una "sombra" de lo que vendria, de lo que es real. Por lo tanto es importante estudiar el AT, pero siempre enfocados en su aplicación dentro del contexto del Nuevo Pacto y la interpretación hecha por Cristo y los apóstoles de ello.

3.       La Biblia se divide cronológicamente en más de dos partes: Antes de la caída de Adán, después de la caída y hasta la muerte de Cristo, después de la muerte y resurrección de Cristo hasta el juicio, después del juicio. Esto significa que el estudiar cada parte de la Biblia debemos considerar su contexto general en el tiempo, así como su contexto histórico, cultural y del momento en que sucede. Debemos considerar también la audiencia a quien va dirigido, para saber si aplica para nosotros o no.

4.       La Biblia es una composición de libros, poemas y cartas que originalmente no fueron divididos en capítulos y versículos. Al tener esto en cuenta evitamos sacar de contexto partes de la Escritura. Cualquier versículo que usemos e interpretemos debe permanecer enmarcado en su contexto del capítulo y más aún del libro entero.

5.       Ten a mano un diccionario bíblico, una concordancia y otras herramientas que te permitan entender los textos originales, sin necesidad de saber el idioma.

Con estas consideraciones básicas en cuenta, te animo a comenzar estudiando la Biblia con el libro de Juan en el Nuevo Testamento. ¿Por qué Juan? Juan fue el discípulo más cercano a Cristo, quién conoció más de cerca su corazón. Iniciar con Juan nos ayuda a entender, establecer y afianzar nuestra relación con Cristo, antes de meternos a estudiar sus enseñanzas y el contexto pasado de la Biblia (el Antiguo Testamento).

A partir del próximo Blog estaré iniciando una seria de estudios bíblicos, comenzando con Juan y el Nuevo Testamento, apoyado en preguntas claves, que nos pueden ayudar a entender mejor la Biblia y a estudiarla de manera más personal.

sábado, 18 de enero de 2014

¿Iglesia – institucional (templo) u orgánica (cuerpo), qué es lo bíblico?…



Hechos 17:24 (BdLA)

¿En que piensas cuando te preguntan por ‘iglesia’?

La mayoría de las personas se imagina una edificación, un templo o un grupo de personas que se reúnen en un lugar para seguir un orden litúrgico de la reunión y a escuchar a alguien ‘especial’ dando una charla o dirigiendo un ‘show’.

¿Será que eso era a lo que Jesús se refirió cuando le dijo a Pedro: ‘Sobre esa roca (la afirmación que Pedro acababa de hacer de que Jesús era el Hijo de Dios) edificaré mi iglesia (gr. eclesia)…’?

No creo, pues la palabra que Jesús usa aquí para describir iglesia, la palabra ‘eclesia’, no tiene nada que ver con edificaciones. La palabra griega ‘eclesia’ era una palabra del contexto político y no del religioso. Significa literalmente: el llamado a una reunión de los ciudadanos de una ciudad específica para discutir y definir en consenso los asuntos concernientes a esa misma comunidad.

Estoy convencido que la razón de por qué la iglesia de hoy no se parece en nada a la iglesia primitiva está principalmente en que no nos hemos hecho las preguntas correctas en cuanto a ella. Piense entonces en las siguientes preguntas:

¿Por qué no usa Jesús una palabra más acorde con ‘sinagoga’ o ‘templo’ para describir o establecer la ‘iglesia’? ¿Por qué Jesús mismo pasaba más tiempo visitando las casas de pecadores y de los discípulos, o predicando públicamente, que en una sinagoga o en el templo de Jerusalén? ¿Por qué durante los primeros 300 años de la iglesia gentil, esta jamás se reunió en templos? ¿Qué había en esas iglesias primitivas que ya no tenemos en la iglesia actual? ¿Por qué no lo tenemos? ¿Qué corrompió a la iglesia?

Para responder a estas preguntas tenemos que hacer no solo un estudio concienzudo de la historia de la iglesia, sino del significado de ‘iglesia’ tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

Empecemos analizando nuestro concepto actual de ‘iglesia’ ante el concepto del AT. Primero que todo, el concepto de ‘iglesia’ como fue instituido por Jesús no existía en el AT. Los creyentes en ese entonces eran los judíos como tales y se consideraban un pueblo creyente. No existían ‘iglesias locales’ ni la gente ‘asistía’ a la iglesia. Ellos eran formados desde pequeños en sus casas, principalmente por sus padres y familia extendida. La Palabra misma insta todo el AT a que cada persona tenga una relación personal e independiente con Dios. Y esta relación era formada en las casas. Cuando los menores alcanzaban la edad escolar, asistían a una sinagoga, en dónde eran formados como en un colegio y al mismo tiempo recibían instrucción teológica, ya que en las culturas orientales jamás se separaba lo secular de lo divino. Las sinagogas funcionaban todos los días y regularmente se reunían las familias para aprender de la Palabra, en reuniones de consenso, en las cuales participaban todos los hombres (aunque la mujer podía asistir también, a ella se le pedía permanecer callada y preguntarle sus dudas a su esposo ya en la casa) y no había un ‘pastor o director de alabanza’ o algo por el estilo. No había algo así como un ‘culto dominical’. Únicamente quienes eran parte de los ‘levitas’, la tribu escogida por Dios para servirle ‘tiempo completo’, eran quienes pasaban tiempo en el templo o en escuelas especiales de formación, como las escuelas de profetas. Sin embargo, las ‘escuelas de profetas y levitas’ no eran instituciones; eran comunidades en las cuales se formaba a los aprendices por medio de un mentoreo directo. Muy similar a lo que Jesús aplicó para formar a sus discípulos. En todo esto vemos, que no hay similitud con la iglesia institucional.

Sin embargo, si su argumento es el templo, temo decirle que este tampoco aplica, pues al templo solo iban las personas a presentar sus sacrificios y ofrendas 1 vez al año, y únicamente los levitas eran quienes permanecían allí tiempo completo. Así mismo, en el templo no se realizaba algo así como un ‘culto o servicio eclesial’. También es claro que en la mención de Hechos en la que los primeros cristianos se reúnen en las casas y en el templo, el autor se refiere a los judíos mesiánicos únicamente, ya que ningún creyente gentil hubiera podido entrar al templo, o estar cerca de el, pues hubiera sido apedreado inmediatamente. Recuerde la situación que se presento después con Pablo, por haber sido visto supuestamente con gentiles en los atrios del templo. ¿Qué hacían entonces los creyentes judíos allí? Ellos no se reunían para un ‘servicio’; ellos iban al templo para discutir con otros judíos sobre la fe y alcanzarlos para Cristo. ¡Iban a evangelizar!

Cuando los primeros gentiles se convierten y empiezan a congregarse en las casas, los discípulos jamás les ordenaron o pidieron reunirse en templos o sinagogas. Ellos habían entendido muy bien el mensaje de Jesús al usar la palabra ‘eclesia’ para describir la iglesia, y además fueron sensibles a la situación cultural, pues los gentiles venían de una tradición de templos paganos, en los cuales estaban acostumbrados a la prostitución, el sacrificio infantil y otras barbaridades, las cuales no debían repetirse en la iglesia.

La iglesia primitiva tampoco tenía una separación entre laicos y sacerdotes, existente en el esquema institucional actual. Se entendía el ‘ministerio de todos los santos’. ¿Por qué entonces nuestras iglesias actuales separan a los laicos del trabajo de la iglesia y tienen jerarquías que hacen muy difícil que una persona, que no tenga un ‘llamado confirmado por los líderes’, pueda servir? ¿Quién es el que realmente debe llamarnos? ¿Quién es bíblicamente hablando y según el Nuevo Testamento nuestra cobertura y cabeza? ¿De acuerdo a Jesús, quién nos enseña todo lo que debemos saber espiritualmente?

La iglesia primitiva no tenía denominaciones ni divisiones. Era una iglesia completamente relacional, en las cual todos participaban. Recordemos la recomendación de Pablo a la iglesia de los Corintios: ‘Cuando se reúnan, cada uno tenga un canto, una profecía, una enseñanza, etc… Pero todo sea hecho para edificación’. ¿Se parece eso a nuestras actuales iglesias? ¿Podrías tu pararte en pleno servicio en tu iglesia e interrumpir al que esté hablando o dirigiendo para pedir la palabra y decir algo que el Espíritu Santo te ha revelado?

Hoy en día es más fácil ser parte de una iglesia institucional que de una iglesia en casa. En la iglesia institucional no tienes que asumir un compromiso con tu crecimiento y relación con Dios, solo tienes que cumplir las normas y nadie te molestará. En una iglesia en casa tú te comprometes seriamente con tu crecimiento personal y tu relación con Dios. Tú eres parte activa de la misma y te preparas cada día para dar de lo que Dios te va dando. Te comprometes a que otros conozcan de Cristo y a que tu vida le refleje en todo lo que haces. Estás realmente cumpliendo la Gran Comisión, sin esperar a que alguna persona te autorice primeramente a ello.

Por ahora les dejo esta reflexión y les animo a estudiar profundamente la Palabra de Dios (la Biblia) desde sus originales. Para ello existe un excelente Software que les recomiendo: ESword. En próximos artículos estaré profundizando más en cada punto relacionado con ello.

A continuación las instrucciones para instalar la Biblia Online:

http://www.e-sword.net/downloads.html - Instalar el programa de esta página tal como dice ahí.

Luego de este Link http://esword-espanol.blogspot.com/search/label/Biblias instala el material que quieras en español.

La señal del verdadero Cristiano…


En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros.

Juan 13:35 (RVA)


¡Cómo me duele ver hoy en día la iglesia! ¡Cómo me duele ver el egoísmo de quienes a sí mismos se llaman cristianos! ¡Cómo duele ver como negamos el poder de Dios y Su amor por estar tan concentrados en nosotros mismos, en nuestra comodidad, en ‘mis milagros’, ‘mi llamado’, ‘mis derechos’, etc.!

Me aterra ver iglesias que, aun usando la excusa de que hacen todo para Dios, para establecer Su Reino, se concentran en ‘vender’ un evangelio de comodidades, de confort y milagros. Mi sangre hierve cuando veo evangelistas en TV pidiéndole dinero a la gente, para que se haga su milagrito, o cuando en iglesias se piden diezmos, ofrendas y primicias para comprar nuevos equipos, hacer más bonito el templo, etc., y mientras tanto dentro de la misma congregación hay personas pasando necesidades. ¡A dónde hemos llegado! ¡Con razón ya nadie quiere ser cristiano!

Creemos erradamente que de esas cosas se trata el cristianismo; que se trata de andar con una Biblia bajo el brazo, diciendo que amamos a Dios, pero sin demostrarlo, haciendo cosas para Dios, pero no con Él. Predicamos un evangelio que ni creemos, ni vivimos. ¡Obviamente ninguna persona con algo de decencia querrá involucrarse con nosotros!

En todo lo que Jesús enseñó, solo una vez hablo de la señal que caracterizaría a un verdadero cristiano: el amor que demostrara por los demás hermanos y por los de afuera. El amor no se aísla y crea su propio club; el amor sale de la zona de seguridad personal y se acerca a quienes más lo necesitan. Jesús anduvo la mayoría de su tiempo con los rechazados de la sociedad y no con los religiosos; estuvo con los pecadores, con el mundo. Separarnos del mundo no significa alejarnos de la gente que no es cristiana, que no comparte nuestros valores. Separarnos del mundo significa separar el mundo de nuestro ser, no de nuestras relaciones.

Mire lo que dice la Palabra sobre lo que hacía y vivía la iglesia primitiva:

Y todos los que creían se reunían y tenían todas las cosas en común.

Vendían sus posesiones y bienes, y los repartían a todos, a cada uno según tenía necesidad. Ellos perseveraban unánimes en el templo día tras día, y partiendo el pan casa por casa, participaban de la comida con alegría y con sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo el favor de todo el pueblo. Y el Señor añadía diariamente a su número los que habían de ser salvos.

Hechos 2:44 al 47

No había, pues, ningún necesitado entre ellos, porque todos los que eran propietarios de terrenos o casas los vendían, traían el precio de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles. Y era repartido a cada uno según tenía necesidad.

Entonces José, quien por los apóstoles era llamado Bernabé (que significa hijo de consolación) y quien era levita, natural de Chipre, como tenía un campo, lo vendió, trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles.

Hechos 4:34 al 37

La iglesia primitiva no solo se dedicó a hablar de Cristo, ¡lo demostró! Ellos entendieron muy bien la señal que Jesús había mencionado como la señal del cristiano verdadero y empezaron a vivir de acuerdo a ello. Y fíjese lo que sucedió: se ganaron el favor del pueblo y a través de su testimonio muchos se agregaron al Cuerpo de Cristo. La iglesia primitiva siempre estuvo pendiente de las necesidades de sus miembros y ese amor entre ellos impactó tanto a la sociedad, que muchos se convirtieron a Cristo por el solo testimonio de los primeros cristianos.
Me impacta que la Palabra es clara en decir que todo lo que se recogía, financieramente hablando, era repartido entre quienes tenían necesidad en la iglesia y de acuerdo a lo que necesitaran. ¿Cómo suena eso de diferente a la iglesia de hoy, en donde solo se piden finanzas para sostener templos, estructuras y actividades mientras las personas en la iglesia siguen pasando necesidades y las respuestas de líderes y pastores se limita a decirles que van a orar por su necesidad y que den, que Dios les devolverá. Son ladrones sin corazón, egoístas que solo piensan en sí y sus reinos personales. No han entendido el verdadero amor de Dios. Como dijo Jesús: ponen cargas que ni ellos mismos están dispuestos a llevar.

El Nuevo Testamento es claro en que el destino de las finanzas en el Reino de Dios son primeramente las personas, no programas ni instituciones. ¡Cómo cambiaría la iglesia y la percepción de los de afuera de la misma, si tan solo viviéramos este principio de amor en ellas! ¡Cuantas personas no se convertirían al ver que realmente la iglesia es un lugar de amor, que realmente vivimos lo que predicamos!

Te reto mi querido hermano, mi querida hermana a dejar tu zona de comodidad, tu egoísmo y tus sueños y derechos personales, para tomar los de Cristo y acercarte a quienes más necesitan del amor de Cristo a través tuyo.

¿Cristo, el Padre y el Espíritu Santo: Invitados o Anfitriones?


“Este es el Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él. Y como es Señor del cielo y de la tierra, él no habita en templos hechos de manos,  ni es servido por manos humanas como si necesitase algo, porque él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.

Hechos 17:24 y 25 (RVA)

“En él también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”

Efesios 2:22 (RVA)

El mayor anhelo de Dios es que él pueda habitar en nosotros, en Su Cuerpo, Su Eclesia; no en templos ni lugares hechos por arquitectos, por seres humanos. ¡Él quiere ser el centro de nuestras vidas, de nuestras reuniones, de todo nuestro ser y hacer!
Pero tristemente hoy en día vemos que en muchos lugares cristianos Él ya no es el centro de las reuniones, ni de las vidas de líderes y creyentes. Todos los mensajes se centran en las bendiciones externas, en actividades y reglas que tiene que cumplir el creyente, y no en la relación con él. Eso ha formado cristianos ‘robot’, que conocen mucho de las enseñanzas de sus líderes e iglesias, pero nada de la relación con Cristo, y que hasta siguen esas enseñanzas con un fanatismo tal, que quién se atreva a poner algo en duda o asuma una actitud critica basada en la Palabra, inmediatamente es descartado o discriminado.

Personalmente me entristece mucho esta tendencia, pues cuando veo a mi alrededor, veo y percibo una necesidad tan grande de Dios –no solo entre los no creyentes, sino con gran dolor aun entre los mismos creyentes. Las personas están desesperadas por un encuentro personal con Dios, y sin embargo nuestras congregaciones se centran más en ofrecer actividades, bendiciones y otras cosas, pero no a Cristo mismo, no una relación íntima y personal con Dios, que es tan necesaria para vivir abundantemente. Yo no puedo imaginarme una vida sin mi relación diaria con mi Padre, sin la compañía y el consejo diario del Hijo, y sin la ayuda y guía diaria, e incluso el poder especial del Espíritu Santo.

Hay congregaciones que intentan recuperar esa presencia de Dios en medio de ellos. Allá se oyen frecuentemente expresiones como: ‘Vamos a invitar al Señor y su gloria (o su presencia)’. Aunque esto es un comienzo, lo triste de ello es que tratamos a Dios como si él solo fuera un invitado especial; y más triste aun es que tan pronto su presencia viene y Dios empieza a obrar a Su manera y a moverse con poder y autoridad, los mismos líderes que le invitaron, vuelven y lo frenan una vez que sienten que la ‘reunión’ se les sale de las manos.

Dios no quiere ser solamente el invitado especial de un ‘show’ en una iglesia; Dios quiere ser el dueño total de nuestras reuniones, de nuestras vidas, el anfitrión. Él quiere habitar (vivir como dueño) en nosotros –ni siquiera en los lugares que hemos construido con nuestras manos para Él. Él es quién nos invita continuamente a que seamos sus invitados a su mesa, no que nosotros lo invitemos a él. Confundimos todo cuando pensamos al revés.

¡Cómo cambiarían nuestras reuniones si tan solo dejáramos a Dios ser el anfitrión de las mismas! Usted depronto me dirá: ‘Hermano, pero eso es peligroso; ¿quién controla entonces todo? La reunión se volvería un caos’. Y precisamente allí está nuestro problema: controlar. ¿Por qué tenemos que controlar lo que Dios quiere hacer? Si decimos y creemos que Dios es un Dios de orden, ¿no es él mismo quién teniendo el control, trae consigo también el orden? ¿Y qué del hecho de que Cristo es la cabeza de SU iglesia? ¿Desde cuando tenemos el derecho de controlar a nuestra cabeza? ¿O será más bien que en realidad no le creemos? Creemos en Él, en su existencia, pero frecuentemente no creemos en lo que él dice. Triste, ya que ‘sin fe (sin creerle) es imposible agradar a Dios’. Ahí fallamos en muchas áreas de nuestra fe, en que no le creemos, aunque creemos en su existencia. Y por eso no somos capaces de confiar en él y obedecerle sin temores ni prejuicios. ¡Nuestra actitud de fe tiene que cambiar, si queremos ver respuestas a nuestras oraciones y si queremos experimentar su presencia real cada día con nosotros!

Yo he tenido la oportunidad de asistir a reuniones en donde Dios ha sido el anfitrión, y créame, han sido las reuniones más increíbles y maravillosas que he vivido, y –para sorpresa mía y de muchos- no he visto desorden. ¡Esas reuniones han sido de las más edificantes que he conocido! El desorden es un prejuicio que tenemos debido a la necesidad (ni bíblica, ni razonable) de querer controlar todo.
Hermano líder, sí usted confía en Dios; sí realmente confía en Dios, crea que Él mismo se va a encargar del orden correcto. Aunque a nosotros a simple vista nos parezca lo contrario, si usted afina sus sentidos y su oído espiritual, y permanece expectante y atento a lo que Dios va haciendo y le va mostrando, se dará cuenta muy pronto, que el orden de Dios en una reunión es casi siempre muy diferente al nuestro. Pero los resultados de esa libertad de acción que le damos a Dios, son mil veces más efectivos que nuestras súper ordenadas reuniones, en donde nunca pasa nada.

Dejemos a un lado esos temores y soltémosle a nuestro Dios todo. Dejemos que él sea el anfitrión en nuestras vidas y sencillamente escuchemos –como lo hizo María- lo que él tiene que decirnos. Entendamos que las personas nunca aprenderán a tener una relación fuerte y seria con Dios, si no tienen un encuentro personal con Él y aprenden a dejarle ser el anfitrión de sus vidas.

La actitud que necesitamos desarrollar es la siguiente:

¡Padre, que TU siempre seas el anfitrión en mi vida y ministerio. Forma en mí una relación íntima de amor y a pasión hacia Ti. Jesús, gracias por permitirme ser tu amigo e invitado a tu mesa. Sacia mi hambre espiritual con tu pan espiritual. Déjame aprender de Ti a ser cada vez más a Tu imagen acá en la tierra y a reflejarte de tal manera que cada persona con la que me encuentre te vea a Ti en mi. Espíritu Santo, gracias por permitirme trabajar contigo y colaborarte. Enséñame a ser sensible y obediente a Tu voz y guiánza, y a dejarme ser un canal para que Tu poder pueda fluir sin obstáculos a través de mi!

Bienvenida


Queridos amigos y hermanos en la fe,

con todas las cosas que suceden hoy en día a nuestro alrededor, con todos los comentarios, las discusiones y lo dicho diariamente por cientos de personas, con todos los medios acelerando el conocimiento a nivel mundial, ¡cuán necesario se ha vuelto hoy en día revisar de nuevo nuestras creencias!

Jesús mismo había advertido de los tiempos actuales: Marcos 13:22 - "Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán señales y maravillas para engañar, de ser posible, a los escogidos". Y aún Juan, el discípulo más cercano a Jesús, nos advierte: 1. Juan 4:1 - "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus, si son de Dios. Porque muchos falsos profetas han salido al mundo".
 

Cuanto me entristece ver a la iglesia de hoy llena de estructuras, métodos y enseñanzas humanas, justificadas aun con versículos bíblicos. Nada raro que esto haya prosperado así, si tenemos un Cuerpo de Cristo que está más acostumbrado a creerle a sus líderes y maestros, a sus seminarios e instituciones y a sus jerarquías, que a revisar la verdad en la Palabra con la ayuda del Espíritu Santo.
 
Recuerde lo siguiente dicho por Jesús al respecto: Juan 14:26 - "Pero el Consolador, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os hará recordar todo lo que yo os he dicho". Y además tenemos una iglesia que tampoco está acostumbrada a leer y estudiar la Palabra por si mismos, como solían hacer los cristianos de Berea: Hechos 17:11 - "Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra ávidamente, escudriñando cada día las Escrituras para verificar si estas cosas eran así". Nótese bien que la razón principal del estudio de las Escrituras por parte de los creyentes, era ver si lo que les estaban enseñando (¡Aun el mismo Pablo!) era verdad o no. ¡Oh, cuanto nos falta ello hoy en día!

 
Hoy más que nunca, con todo lo que está llegando a nuestras iglesias y poniéndose 'de moda', es necesario que dejemos la comodidad del 'cristianismo de banca' a un lado y seamos proactivos, primeramente en nuestra relación con Dios y después en escuchar a Su Espíritu y en escudriñar las Escrituras. ¿O acaso quiere usted seguir recibiendo alimento 'envenenado'?

Es el momento de que el Cuerpo de Cristo, la Eclesia de Dios, se enfoque de nuevo en su cabeza: Cristo, en vez de andar enfocada en las personas.
 
Por favor ore al respecto y ponga a consideración de Dios cada mensaje, enseñanza, teoría, argumento, etc. -sí, incluso todo lo que yo escriba en este blog-, para seguir el consejo de Pablo a los Tesalonicenses: 1. Tesalonicenses 5:21 - "más bien, examinadlo todo, retened lo bueno".

 
Dios les bendiga.

Reglas de este blog


Hola querido amigo, querida amiga...

Antes de empezar a discutir los diferentes temas de este blog, quiero establecer unas reglas que nos van a ayudar a que estas discusiones sean edificantes y no destructivas.

1.    Usa lenguaje respetuoso. Insultar a otros por causa de su opinión ni es correcto, ni le agrada a Dios. Seamos respetuosos como Jesús mismo lo fue, aunque no estemos de acuerdo en todo lo que se plantee. Hay formas de decir las cosas, sin herir ni insultar a otros.

2.    Como dice el dicho: "Si no tienes nada bueno que decir de alguien, mejor no digas nada". Si necesitas usar un ejemplo de la vida real para explicar un punto, por favor omite nombres de personas e instituciones. No estamos acá para juzgar a otros, sino para juzgar lo que otros enseñan, y para ello no es necesario mencionar nombres. Quienes enseñan falsedades serán juzgados por Dios mismo a su tiempo; nuestro trabajo solo consiste en sacar a la luz las falsas enseñanzas.

3.    Mantén siempre una actitud enseñable y al mismo tiempo crítica. Ponte a disposición de escudriñarlo (estudiarlo, analizarlo) todo, y al mismo tiempo de sacar lo bueno de ello. Lo más correcto es que cada comentario que aquí se coloque sea filtrado a la luz del Espíritu Santo y de las Escrituras.

Los comentarios que NO respeten estas reglas no serán publicados o solo serán publicados en parte. Sus autores no tendrán derecho a reclamo, si han incumplido alguna de estas reglas de discusión.

Bendiciones y muchas gracias por participar en esta discusión.
Su amigo y hermano,
David Roncancio

domingo, 12 de enero de 2014

Hemos regresado...

Queridos amigos,

después de estar fuera del aire por un tiempo, hemos decidido regresar.
Estaremos posteando de nuevo los antiguos Posts, pero tambien ofreciendo nuevos e interesantes Posts sobre el tema de la eclesia y nuestro amado Jesús.

Con afecto, vuestro amado Coach, hermano y amigo,

David Roncancio

(Si también te interesa el tema de Coaching, puedes seguirme en el Blog de Coaching: http://www.coachdavidroncancio.blogspot.com/).