jueves, 30 de enero de 2014

Cómo estudiar la Biblia de manera efectiva y enfocada, sabiendo qué aplica y qué no…


“Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, y de articulaciones y médulas, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.

Hebreos 4:12 (NVI)

Seguramente has querido estudiar la Biblia alguna vez, pero ¿cómo hacerlo sin ser influenciados por lo que otras personas han dicho o escrito ya? ¿Cómo estudiar la Biblia sabiendo que lo que aprendes es palabra directa de Dios y no la reinterpretación de alguien más?

Muchas veces cuando estudiamos la Biblia después de llevar mucho tiempo dentro de un contexto cristiano, escuchando predicas y enseñanzas de otros, leyendo libros sobre temas bíblicos, etc., nuestra mente ya se ha acostumbrado a interpretar lo que dice en la Biblia de acuerdo a los filtros e interpretaciones que hemos recibido de otros durante años. Eso, a primera vista pareciera son ser tan malo, pues hace más fácil interpretar lo que dice, pero hay un problema crítico… ¿quién me asegura que esas interpretaciones son correctas, y que eso mismo es lo que Dios me quiere decir a mí? ¿Cómo saber cuándo algo que dice en la Biblia es conocimiento general y cuando se trata de algo que Dios me está diciendo personalmente? ¿Cómo saber si lo que dice aplica para mí o solo es parte del proceso que Dios llevó con su pueblo para lograr la salvación? ¿Debo tomar todo lo que dice en la Biblia literalmente o hay cosas que son simbólicas? ¿Y qué del Nuevo y del Antiguo Testamento? ¿Cuál aplica para mí? ¿Puedo realmente aprender e interpretar la Biblia por mí mismo o requiero de estudios especializados para ello y de algún experto en Biblia para poder entender?

Antes de responder esas preguntas es importante tener en cuenta varias consideraciones al respecto:

1.       Durante la última cena, Jesús le dejo claro a sus discípulos que Él mismo, a través de Su Espíritu Santo, les enseñaría todo lo que tienen que saber, sin que sean necesarios maestros – Juan 14:26, 16:13-15, Hebreos 8:10-12. Esto significa que nuestro aprendizaje principal no debe venir de libros, predicaciones, interpretaciones y explicaciones de otros, sino de lo que directamente nos va hablando el Espíritu Santo a nuestra situación personal.

Dios mismo conoce nuestra situación personal y lo que estamos pasando. Él nos hablará directamente a través de su Espíritu y de acuerdo a nuestra situación específica. Pero ojo, lo que Dios nos habla a nosotros de manera personal, no necesariamente es regla para todos.

Si Cristo es la cabeza del Cuerpo y nosotros somos parte de ese Cuerpo, ¿de dónde vienen nuestras órdenes? ¡De Cristo directamente! Es a través de la relación directa, íntima y personal con Él que aprendemos directamente de Él. ¡Sin esa relación somos presa fácil de los engaños de Satanás!

2.       Las enseñanzas del Antiguo Testamento son valiosas para nuestra fe, pero no aplican para la generación del Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento es la compilación de libros judíos relacionados con el Antiguo Pacto, en el cual Dios le promete a Adán, Noé, Abraham, Isaac y muchos más, que enviaría un Mesías, quien liberaría a su pueblo de sus pecados. Dicho pacto se cumple al momento de la muerte de Jesús. Jesús mismo le dejo claro a los religiosos de su tiempo que no venía a abolir (eliminar) dicho pacto, sino a cumplirlo, y eso hizo en la cruz – ‘consumado es’.

Este pacto del Antiguo Testamento ya no es vigente para quienes creemos en él como el Mesías y Salvador, ni para quienes somos considerados ‘gentiles’ (no judíos). Para los judíos que no han reconocido a Cristo como Salvador, este pacto sigue vigente hasta que ocurra la profecía en la cual Jesús se revela a ellos antes del fin de los tiempos.

Antes de morir, durante la Última Cena, Jesús establece un Nuevo Pacto con sus discípulos, el cual está contenido en el Nuevo Testamento. Este pacto no se ha cumplido. Su culminación y cumplimiento serán al momento de las Bodas de Cordero. El símbolo principal de este pacto es la celebración de la Cena del Señor hasta que Cristo ‘la tome con nosotros en las Bodas’.

Por lo tanto, para nosotros aplican las enseñanzas del Nuevo Testamento dejadas por Jesús y sus discípulos. Pablo mismo insta a las iglesias de su tiempo a permanecer en las enseñanzas y tradiciones de Jesús y sus apóstoles.

¿Significa esto entonces que el Antiguo Testamento no tiene valor alguno para el Cristiano de hoy? ¡No! Para nada. La diferencia esta en que no es ley sino ejemplo. Pablo menciona que las enseñanzas e historias del Antiguo Testamento son una "sombra" de lo que vendria, de lo que es real. Por lo tanto es importante estudiar el AT, pero siempre enfocados en su aplicación dentro del contexto del Nuevo Pacto y la interpretación hecha por Cristo y los apóstoles de ello.

3.       La Biblia se divide cronológicamente en más de dos partes: Antes de la caída de Adán, después de la caída y hasta la muerte de Cristo, después de la muerte y resurrección de Cristo hasta el juicio, después del juicio. Esto significa que el estudiar cada parte de la Biblia debemos considerar su contexto general en el tiempo, así como su contexto histórico, cultural y del momento en que sucede. Debemos considerar también la audiencia a quien va dirigido, para saber si aplica para nosotros o no.

4.       La Biblia es una composición de libros, poemas y cartas que originalmente no fueron divididos en capítulos y versículos. Al tener esto en cuenta evitamos sacar de contexto partes de la Escritura. Cualquier versículo que usemos e interpretemos debe permanecer enmarcado en su contexto del capítulo y más aún del libro entero.

5.       Ten a mano un diccionario bíblico, una concordancia y otras herramientas que te permitan entender los textos originales, sin necesidad de saber el idioma.

Con estas consideraciones básicas en cuenta, te animo a comenzar estudiando la Biblia con el libro de Juan en el Nuevo Testamento. ¿Por qué Juan? Juan fue el discípulo más cercano a Cristo, quién conoció más de cerca su corazón. Iniciar con Juan nos ayuda a entender, establecer y afianzar nuestra relación con Cristo, antes de meternos a estudiar sus enseñanzas y el contexto pasado de la Biblia (el Antiguo Testamento).

A partir del próximo Blog estaré iniciando una seria de estudios bíblicos, comenzando con Juan y el Nuevo Testamento, apoyado en preguntas claves, que nos pueden ayudar a entender mejor la Biblia y a estudiarla de manera más personal.

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