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lunes, 18 de abril de 2016

Juan 21:1-25 – Últimos detalles

Después de su resurrección y antes de su ascensión, Jesús permanece un tiempo visitando a sus diferentes discípulos consolidado sus enseñanzas y fortaleciéndolos para el siguiente paso: su partida al cielo y la llegada del Espíritu Santo.

Textos paralelos: Lucas 24:50-53; Mateo 28:16-20

Después de esto Jesús se apareció de nuevo a sus discípulos, junto al lago de Tiberíades. Sucedió (Se apareció) de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás (al que apodaban el Gemelo), Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos discípulos.

—Me voy a pescar —dijo Simón Pedro.

—Nosotros vamos contigo (como compañeros) —contestaron ellos.

Salieron, pues, de allí y se embarcaron (subieron a un bote), pero esa noche no pescaron (capturaron) nada.

¿Qué hacían juntos estos 7 discípulos? ¿Qué propone Pedro? ¿Por qué?

Después de saber que Jesús había resucitado, ¿por qué los discípulos vuelven a la pesca?

¿Cómo les va con la pesca?

Al despuntar el alba (amanecer) Jesús se hizo presente (estaba parado) en la orilla (playa), pero los discípulos no se dieron cuenta de (ver, saber) que era él.

¿Por qué los discípulos no reconocen a Jesús a pesar de haber pasado 3 años con él?

—Muchachos (gr. paidos: chicos, menor de edad), ¿no tienen algo de comer (junto con el pan)? —les preguntó Jesús.

—No —respondieron ellos.

—Tiren (Echen) la red a la derecha de la barca, y pescarán algo (encontrarán).

¿Qué les pide Jesús? ¿Por qué los llama niños? ¿Por qué pide algo para acompañar el pan?

¿Qué responden ellos?

¿Cuál es entonces la orden de Jesús? ¿Por qué encontrarían algo a la derecha? ¿Qué significado tiene?

Así lo hicieron, y era tal la cantidad (multitud) de pescados (gr. ichthus) que ya no podían sacar la red.

—¡(Simón,) Es el Señor! —dijo a Pedro el discípulo a quien Jesús amaba (gr. ágape).

Tan pronto como (Simón) Pedro le oyó decir: «Es el Señor» (escucho que era el Señor), se puso (amarrar con fuerza) la ropa (abrigo de pescador), pues estaba semidesnudo (desnudo), y se tiró (echó) al agua (lago, mar). Los otros discípulos lo siguieron (vinieron) en la barca (un bote), arrastrando la red llena de pescados (gr. ichthus), (no porque estuvieran lejos de tierra firme, …) pues estaban a escasos cien metros de la orilla.

¿Qué pasa cuando siguen la sugerencia de Jesús? ¿Por qué ya les cuesta trabajo sacar la red?

¿Quién reconoce primero a Jesús? ¿Por qué lo reconoce?

¿Cuál es la reacción de Pedro al escuchar a Juan? ¿Por qué reacciona así? ¿Qué hacen los demás?

¿Por qué vuelve Pedro a ponerse su abrigo de pescador? ¿Qué significado podría tener el que se lo hubiera quitado?

¿Qué tan lejos estaban de la orilla? ¿Por qué tienen que arrastrar la red?

Al desembarcar (Tan pronto desembarcaron en tierra), vieron unas brasas con un pescado (gr. opsarion: pescado ya preparado para acompañar otra comida) encima, y un (molde de) pan.

Vemos que Jesús si tenía que comer. ¿Por qué entonces le pidió de comer antes?

¿Qué significado tienen el pescado y el pan?

—Traigan algunos de los pescados (gr. opsarion) que acaban de sacar (capturar) —les dijo Jesús.

Simón Pedro subió (a bordo) y arrastró hasta la orilla (a tierra firme) la red, la cual estaba llena de pescados (gr. ichthus) de buen tamaño (grandes). Eran ciento cincuenta y tres, pero a pesar de ser tantos la red no se rompió.

¿Por qué usa Jesús la palabra ‘opsarion’ en vez de ‘ichthus’ para los peces? ¿Qué significado tiene el que hable de peces preparados para acompañar una comida?

¿Por qué el autor considero importante mencionar cuantos peces habían pescado? ¿Qué significa que hayan sido 153 peces grandes?

No hay claridad sobre este significado, pero dentro de las teorías están las siguientes:

1.      153 eran las naciones conocidas en ese entonces, por lo cual tiene relación con momento en que Jesús llama a sus discípulos para que se conviertan en pescadores de hombres (Mateo 4:19).

2.      Teoría del rabino Moshe Yoseph Koniuchowsky: “El numero 153 es el código numérico de construcción, para la construcción del “Templo de Dios.” Jesús fue enviado para reconstruir Israel (a su pueblo) a la imagen de SU Padre. Así, después de obedecer las órdenes del Mesías, la red (el Reino) estaba tan llena de peces, que ya no podía sostener más. Los 153 peces es un código con el cual verdaderos pescadores de hombres, construirán la casa espiritual de Dios en una imagen y forma exacta como la casa física y espiritual que construyo Moisés a la imagen de Dios en el desierto”. (Los nombres de cada parte del tabernáculo en el hebreo son también los nombres de partes del cuerpo, representando así también al cuerpo de Cristo, SU eclesia). “Finalmente, los 153 peces, son aquellos que están hechos a la imagen de EL, llamados a construir la verdadera Sukka (tabernáculo), no hecha con manos, pero hecha en el Reino”. – 1.  Pedro 2:4-10; Efesios 2:19-22; 1. Corintios 12:27; Hechos 17:24; 2. Corintios 5:1. Otros pasajes: Isaías 66:1; 1. Reyes 8:27; 2. Crónicas 6:18; Hechos 7:44-50; 1. Corintios 3:16.

—Vengan a desayunar (vengan, coman – tomen la primera comida)—les dijo Jesús.

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio a ellos, e hizo lo mismo con el pescado (gr.opsarion). Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de haber resucitado (levantado de los muertos).

¿Qué les pide Jesús que hagan? ¿Qué demuestra esto sobre Jesús?

¿Qué significa el hecho de que hable de la comida principal?

¿Qué hace Jesús con el pan y el pez? ¿Por qué Jesús hizo todo esto?

Cuando terminaron de desayunar (tomar la primera comida), Jesús le preguntó a Simón Pedro:

—Simón, hijo de Juan (Jonás), ¿me amas (gr. ágape) más (en mayor proporción) que éstos?

—Sí, Señor, tú sabes que te quiero (gr. phileo: ser amigo de, amor fraternal) —contestó Pedro.

—Apacienta (gr. bozco: pastorear, alimentar) mis corderos (gr. arnion: corderitos)—le dijo Jesús.

¿Por qué Jesús le pregunta a Pedro si lo ama?

¿Qué palabra griega usa Jesús acá para ‘amar’? ¿Qué implica su significado?

¿Con qué palabra griega para ‘amar’ responde Pedro? ¿Qué implica su respuesta?

¿Qué orden le da Jesús entonces a Pedro? ¿Qué significa ‘apacentar’? ¿Quiénes son los corderitos?

Y volvió a preguntarle (por segunda vez):

—Simón, hijo de Juan (Jonás), ¿me amas (gr. ágape)?

—Sí, Señor, tú sabes que te quiero (gr. phileo).

—Cuida (gr. poimaino: pastorea, ser pastor) de mis ovejas (gr. probaton: oveja).

¿Por qué le pregunta Jesús de nuevo lo mismo? ¿Qué palabras usa?

¿Cómo responde Pedro?

¿Qué significa ‘cuidar’? ¿Quiénes son las ‘ovejas’?

Por tercera vez Jesús le preguntó:

—Simón, hijo de Juan (Jonás), ¿me quieres (gr. phileo)?

A Pedro le dolió (entristeció, causar estrés) que (porque) por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: «¿Me quieres (gr. phileo)?» Así que le dijo:

—Señor, tú lo sabes todo (todas las cosas); tú sabes que te quiero (gr. phileo).

—Apacienta (gr. bosko) mis ovejas (gr. probaton) —le dijo Jesús—.

¿Qué hace Jesús al preguntar la tercera vez? ¿Por qué cambia Jesús la palabra que usa para ‘amar’?

¿Cómo reacciona Pedro? ¿Por qué? ¿Entendió Pedro lo que Jesús trataba de decirle?

De veras te aseguro que cuando eras (más) joven (nuevo) te vestías (amarrarse el cinturón) tú mismo e ibas (caminar) adonde querías; pero cuando seas viejo (senil), extenderás las (tus) manos y otro te vestirá (amarrará) y te llevará adonde no quieras ir.

Esto dijo (Jesús) para dar a entender (indicando) la clase de muerte con que (Pedro) glorificaría a Dios. Después de eso añadió:

—¡Sígueme! (Se conmigo en el mismo camino; acompáñame)

¿Qué profetiza Jesús sobre Pedro?

¿Cómo murió Pedro? – Crucificado boca abajo.

¿Por qué le ordena otra vez a que le sigua? ¿Qué significa ese ‘seguir’?

Al volverse, Pedro vio que los seguía (ir por el mismo camino con) el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena (gr. deipnon: la comida principal, usualmente en la noche) se había reclinado (recostado) sobre (el pecho de) Jesús y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que va a traicionarte (entregarte)?» Al verlo, Pedro preguntó:

—Señor, ¿y éste, qué?

¿Por qué pregunta Pedro sobre Juan y su futuro?

—Si quiero (deseo, determino) que él permanezca (quede) vivo (no se incluye en el texto original) hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme (ve en el mismo camino conmigo) no más.

Por este motivo corrió entre los hermanos el rumor (dicho) de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no dijo que no moriría, sino solamente: «Si quiero (determino) que él permanezca (quede) vivo (no se incluye esta palabra en el original) hasta que yo vuelva, ¿a ti qué?»

¿Qué le responde Jesús? ¿Por qué? ¿En qué quería Jesús que Pedro se enfocara?

¿Qué chisme fue el que se generó por lo que Jesús dijo? ¿Qué fue lo que Jesús no dijo y que fue lo que realmente dijo? ¿Qué diferencia hay en que la palabra ‘vivo’ esté o no incluida en el original?

¿Murió Juan? ¿Cómo? – Juan muere en el exilio en la isla de Patmos, dónde antes de morir tiene la revelación del Apocalipsis, de viejo.

Éste es el discípulo que da testimonio (es testigo) de estas cosas, y las escribió. Y estamos convencidos (sabemos) de que su testimonio es verídico (verdad).

¿Por qué Juan puede afirmar que su testimonio es verídico?

Jesús hizo también muchas otras cosas, tantas que, si se escribiera cada una de ellas, pienso (supongo) que los libros (rollos) escritos no cabrían en el mundo entero.


¿Qué más agrega Juan sobre Jesús al finalizar su libro? ¿Qué significa lo que dice sobre Jesús?


miércoles, 30 de marzo de 2016

Juan 20:1-31 – ¡Resucitó! ¡Él vive!

Después de la muerte y sepultura de Jesús los discípulos se encuentran confundidos recordando las palabras de Jesús y sin saber qué hacer. Algunos vuelven a sus oficios regulares, mientras que otros esperan a que algo pase, pero sin saber qué. Han pasado ya 3 días y es el primer día de la semana, el domingo.

El primer día de la semana (entre los sábados), muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que habían quitado la piedra que cubría la entrada (del sepulcro). Así que fue corriendo a ver a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien Jesús amaba (gr. phileo – amistad, hermandad), y les dijo:

—¡Se han llevado del sepulcro al Señor (gr. kurios: suprema autoridad), y no sabemos dónde lo han puesto!

¿Qué pasa temprano el domingo cuando María fue al sepulcro? ¿A qué iba María al sepulcro?

¿Cuál es el temor de María con respecto al cuerpo de Jesús? ¿A quién se refería con ‘se han llevado’?

¿Qué había pasado durante la última noche? – Pasajes paralelos: Mateo 28:1-10; Marcos 16:1-8; Lucas 24:1-12.

¿Qué le preocupaba a María Magdalena y a María la madre de Jacobo y Salomé?

Los guardias seguían custodiando la tumba y es claro según el pasaje de Mateo 28:11 al 15, que lo que ocurrió fue sobrenatural: terremoto y un ángel. Los guardias estaban aterrados y asustados, pues podían ser condenados a muerte por haber permitido que el sello sobre la tumba fuera violado. Los judíos ponen a circular una mentira en vez de reconocer el poder de Dios en la situación y con ello engañan al pueblo de Dios hasta hoy. Muchos ateos incluso se basan en la misma mentira para justificar sus creencias.

¿Qué causo el poder demostrado de Dios en los guardias?

¿Cómo se describe al ángel en Marcos 16:5 y en Lucas 24:4? ¿Por qué la diferencia?

¿Por qué el ángel se sienta sobre la piedra?

¿Qué le dice el ángel a las mujeres? ¿Qué les ordena hacer?

¿Qué pasa mientras van a avisarle a los discípulos? ¿Qué les dice Jesús?

Pedro y el otro discípulo se dirigieron entonces al sepulcro. Ambos fueron corriendo, pero como el otro discípulo corría más aprisa que Pedro, llegó primero al sepulcro. Inclinándose, se asomó y vio allí las vendas (de lino) (extendidas), pero no entró. Tras él llegó Simón Pedro, y entró en el sepulcro. Vio allí las vendas (de lino extendidas) y el sudario (toalla que cubre la cara del muerto) que había cubierto la cabeza de Jesús (él), aunque el sudario (la toalla) no estaba con las vendas (de lino) sino enrollado en un lugar aparte. En ese momento entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; y vio y creyó (tuvo fe; confió). Hasta entonces no (ni siquiera) habían entendido (ver, conocer) la Escritura, que (dice que Jesús) tenía que resucitar (levantarse de entre los muertos).

Según Lucas 24:10-12, ¿qué otras mujeres estaban allí? ¿Cuál fue la reacción de los discípulos cuando las mujeres les informan de la resurrección? ¿Por qué? Sin embargo, Pedro si les cree y sale corriendo con Juan al sepulcro.

¿Quiénes corren al sepulcro? ¿Por qué Juan no entra al principio?

¿Qué vieron los dos? ¿Qué significaba el que las vendas y el sudario enrollado estuvieran allí? ¿Qué significa que estén en lugares separados? ¿Cómo estarían si el cuerpo hubiera sido robado?

¿Qué pasó cuando Juan entró al sepulcro? ¿Qué fue lo que creyó?

¿Qué fue lo que Pedro y Juan no habían entendido hasta ese momento?

Los discípulos regresaron a su casa (Regresaron ellos a donde los discípulos), pero María se quedó (afuera), llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se inclinó (para mirar) dentro del sepulcro, y vio (discierne) a dos ángeles (vestidos) de blanco, sentados donde había estado (puesto estirado) el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies.

 —¿Por qué lloras (llorar clamando), mujer? —le preguntaron los ángeles.

—Es que se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto —les respondió.

Apenas dijo esto, volvió la mirada (se dio la vuelta, se volteó hacía atrás) y allí vio (discernir) a Jesús de pie, aunque no sabía (veía) que era él.

Jesús le dijo:

—¿Por qué lloras, mujer? ¿A quién buscas?

Ella, pensando que se trataba del que cuidaba el huerto (jardinero), le dijo:

—Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, y yo iré por él.

—María —le dijo Jesús.

Ella se volvió y exclamó:

—¡Raboni! (que en arameo significa: Maestro - instructor).

—Suéltame (No me toques, no te apegues), porque todavía no he vuelto (ascendido) al Padre. Ve (viaja) más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo (Asciendo) a mi Padre, que es (y al) Padre de ustedes; a mi Dios (y Dios mío), que es (y) Dios de ustedes.”

María Magdalena fue a darles la noticia (le anunció) a los discípulos. «¡He visto al Señor!», exclamaba, y les contaba lo que él le había dicho.

Según Mateo 28:8-10, ¿a quienes más se les aparece Jesús?

¿Qué importancia tenía el hecho de que fueran las mujeres las primeras en ver el sepulcro vacío y a las que Jesús se les aparece?

¿Por qué llora María? ¿Quiénes le preguntan al respecto? ¿Qué responde María?

¿Por qué no reconoce inicialmente a Jesús? ¿Por qué lo confunde con un jardinero? – Referencia al Edén: Dios y el ser humano como jardineros.

¿Qué hace María cuando reconoce a Jesús? ¿Cómo es que lo reconoce? ¿Qué le dice Jesús que no haga? ¿Por qué?

¿Qué le pide Jesús que haga y diga? ¿Qué significado tiene el mensaje de Jesús para los discípulos?

Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando (reunidos) los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó.

—¡La paz (también: prosperidad) sea con ustedes!

Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron.

—¡La paz (prosperidad) sea con ustedes! —repitió Jesús—. (Así) Como el Padre me envió (gr. apostello: poner aparte para enviar con una misión) a mí, así yo los envío (despachar) a ustedes.

Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo:

—Reciban (Tomen) el Espíritu Santo. A quienes les perdonen (manden fuera) sus pecados (de: errar el blanco), les serán perdonados (enviados fuera); a quienes no se los perdonen (se los retengan – por fuerza), no les serán perdonados (les serán retenidos).

Pasaje relacionado: Lucas 24:13-49.

Marcos 16:9-20 no es considerado por la mayoría de eruditos como parte original del libro de Marcos, sino como una falsificación posterior (desde el año 150 DC y con 2 diferentes finales, uno largo y otro más corto – ver más en: https://es.wikipedia.org/wiki/Marcos_16). El capítulo 16 de Marcos termina en los dos textos más antiguos que hay originalmente en el versículo 8 y no contiene los versículos 9 al 20. Esto es importante saberlo especialmente cuando se tiene en cuenta que los versículos 17 y 18 son usados por las iglesias más carismáticas para decir que Jesús ordeno que esas señales sean hechas por sus discípulos, pero la realidad es que si este texto fue escrito mucho después, lo único que está haciendo es resumiendo algunos de los milagros que sucedieron posteriormente por causa de creer en Jesús.

¿Dónde estaban reunidos los discípulos? ¿Por qué? ¿Qué hora era?

¿Qué hace Jesús? ¿Cómo los saluda? ¿Por qué?

¿Qué misión da a los discípulos? ¿Qué significa que nos envía como el Padre le envió?

¿Por qué sopla sobre ellos para que reciban el ES? ¿Qué pasa el recibir el ES según Jesús? ¿Qué significa que mandemos fuera o que retengamos los pecados de otros? ¿Habían recibido ya con eso el ES o era esto un acto simbólico profético?

Juan resume acá los eventos de ese día. Según Lucas 24:13-49, ¿qué más sucedió?

¿A qué otras personas se le apareció Jesús? ¿Cómo fueron reconociendo que era él?

¿Cómo reaccionaron al darse cuenta?

¿Qué les explica Jesús? ¿Por qué?

 Tomás, al que apodaban el Gemelo (Dídimo – doble), y que era uno de los doce, no estaba con los discípulos cuando llegó Jesús. Así que los otros discípulos le dijeron:

—¡Hemos visto al Señor!

—Mientras no (A menos que) vea yo la marca de los clavos en sus manos, y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré —repuso Tomás.

¿Qué pasa con Tomás cuando le cuentan sobre Jesús? ¿Por qué no cree? ¿Qué pruebas quiere?

Tomas era gemelo, pero no hay mención alguna de su hermano en la Biblia. No sabemos tampoco por qué no se encontraba con los demás al momento de aparecerse Jesús la primera vez.

Una semana más tarde (Y después de 8 días) estaban los discípulos de nuevo en la casa (dentro), y Tomás estaba con ellos. Aunque (Estando) las puertas estaban cerradas, Jesús entró y, poniéndose en medio de ellos, los saludó.

—¡La paz (prosperidad) sea con ustedes!

Luego le dijo a Tomás:

—Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas (conviertas en) incrédulo, sino hombre de fe (en crédulo, creyente).

—¡Señor mío y Dios mío! —exclamó Tomás.

—Porque me has visto (claramente), has creído (confiado) —le dijo Jesús—; dichosos (supremamente bendecidos) los que no han visto y sin embargo creen (confían).

¿Cuánto tiempo pasa desde la declaración de Tomás? ¿Qué hace Jesús por Tomás y que le dice?

¿Cuál es la reacción de Tomás? ¿Qué significa lo que declara Tomás?

¿Qué declara Jesús ante ello? ¿Quiénes son supremamente bendecidos?

Jesús hizo muchas otras señales (milagrosas) en presencia de (frente a) sus discípulos, las cuales no están registradas (escritas, descritas) en este libro (rollo). Pero éstas se han escrito (que están escritas/descritas) para que ustedes crean (confíen) que Jesús es el Cristo (el ungido, el Mesías), el Hijo de Dios, y para que al creer (creyendo) (en su nombre) tengan (posean) vida (por medio de su nombre – autoridad, carácter).


¿Qué más dice Juan sobre Jesús? ¿Por qué no todo lo que hizo Jesús está escrito en este libro? ¿Para qué escribió Juan lo que está incluido en el libro?


¿Cómo se obtiene vida?

lunes, 28 de marzo de 2016

Juan 19:1-42 – Jesús es sentenciado, crucificado y sepultado


Después del fracasado intento de Pilatos de salvar a Jesús de los judíos, Jesús es sentenciado y entregado para su crucifixión.

Pilato tomó entonces a Jesús y mandó que lo azotaran. Los soldados, que habían tejido una corona de espinas, se la pusieron a Jesús en la cabeza y lo vistieron con un manto de color púrpura.

—¡Viva el rey de los judíos! —le gritaban, mientras se le acercaban para abofetearlo.

Mt.27:27-31; Mar. 15:16-20.

Latigazos romanos: con puntas de hueso – arranca la carne. 40 latigazos menos uno (39), porque se habían dado cuenta que las personas morían al llegar a los 40, y solo los querían torturar, no matar.

La corona de espinas: un espino de punta larga. Sin saberlo los soldados coronan a Jesús y lo reconocen como Rey, al burlarse de él.

Pilato volvió a salir.

—Aquí lo tienen —dijo a los judíos (a ellos)—. Lo he sacado para que sepan que no lo encuentro culpable de nada.

Cuando salió Jesús, llevaba puestos la corona de espinas y el manto de color púrpura.

—¡Aquí tienen al hombre! —les dijo Pilato.

Tan pronto como lo vieron, los jefes de los sacerdotes y los guardias gritaron a voz en cuello:

—¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!

La reacción de los Judíos es rechazarlo como Rey.

—Pues llévenselo y crucifíquenlo ustedes —replicó Pilato—. Por mi parte, no lo encuentro culpable de nada.

—Nosotros tenemos una ley, y según esa ley debe morir, porque se ha hecho pasar por Hijo de Dios —insistieron los judíos.

Al oír esto (el logos), Pilato se atemorizó aún más, así que entró de nuevo en el palacio (en el tribunal) y le preguntó a Jesús:

—¿De dónde eres tú? (¿Cuál es tu origen?)

Los judíos se basan en una interpretación errada de la ley de Moisés.

El temor de Pilato se basa en las creencias griegas y romanas, en las que los dioses podían estar en la tierra y emparentarse con seres humanos. Por eso pregunta por el origen de Jesús.

Pero Jesús no le contestó nada.

—¿Te niegas a hablarme? —le dijo Pilato—. ¿No te das cuenta de que tengo poder (gr. exosia: autoridad delegada) para ponerte en libertad o para mandar que te crucifiquen?

—No tendrías ningún poder sobre mí si no se te hubiera dado de arriba —le contestó Jesús—. Por eso el que me puso en tus manos es culpable de un pecado más grande.

Pilato entendía muy claramente su autoridad, venida directamente del emperador romano. Si Jesús era quien decían los judíos, el Hijo de Dios, Pilato no quería meterse con él y podría liberarlo inmediatamente, sin que los judíos pudieran hacer algo para evitarlo.

Jesús no le responde por obediencia a su Padre (‘Yo solo hago lo que veo al Padre hacer’). Era imperante que Jesús pasara por todo esto para que se pudiera cumplir el plan de Dios para salvación. Jesús ratifica esto al dejarle claro a Pilato que incluso el poder del emperador no puede pasar por encima del poder de Dios, y que con ello incluso Pilato tiene que someterse a la voluntad de Dios.

Jesus también deja claro que los judíos estaban cometiendo un mayor pecado (error) que Pilato mismo.

Desde entonces Pilato procuraba poner en libertad a Jesús, pero los judíos gritaban desaforadamente:

—Si dejas en libertad a este hombre, no eres amigo del emperador. Cualquiera que pretende ser rey se hace su enemigo.

Pilato entiende muy bien lo que Jesús le dice, y seguramente también influenciado por el mensaje de su esposa (Mt.27:19), y por eso busca liberar a Jesús, por temor a que realmente este tratando con el Hijo de Dios.

Los judíos notan como Pilato duda y usan una amenaza muy efectiva en ese tiempo: si permites que cualquier persona se ponga como rey por encima del emperador, entonces eres un traidor también. La sentencia por traición en Roma era una muerte muy dolorosa y Pilato bien sabía esto.

Al oír esto, Pilato llevó a Jesús hacia fuera y se sentó en el tribunal, en un lugar al que llamaban el Empedrado (que en arameo se dice Gabatá). Era el día (la hora) de la preparación para la Pascua, cerca del mediodía (la hora sexta).

—Aquí tienen a su rey —dijo Pilato a los judíos.

—¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo! —vociferaron.

—¿Acaso voy a crucificar a su rey? —replicó Pilato.

—No tenemos más rey que el emperador romano —contestaron los jefes de los sacerdotes.

Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucificaran, y los soldados (lo tomaron y) se lo llevaron.

Mt. 27:11-26; Lc. 22:66-23:25

Pilato decide sentarse y dictar su sentencia: culpable del delito de hacerse rey. Los judíos reaccionan insistiendo en la crucifixión de Jesús.

Aunque Pilato les insiste en si reconocen en Jesús a su rey, los judíos le rechazan y prefieren someterse al emperador romano, aunque contradictoriamente esperan un mesías que acabe con el imperio romano sobre ellos.

Pilatos finalmente se lava las manos en una señal de que rechaza personalmente la sentencia y que no asume la responsabilidad por la muerte de Jesús. Los judíos (sin pensar en las consecuencias de lo que declaran) piden que la sangre de Jesús sea entonces sobre ellos. Sin darse cuenta, con esa declaración, condenan a Israel a pasar por el juicio de Dios, lo que sucede a partir del año 70 después de Cristo (con la destrucción del templo judío por parte de los romanos) y que dura hasta después de la segunda guerra mundial, que es cuando el estado de Israel es otra vez establecido.

Jesús salió cargando (levantando) su propia cruz (propio poste) hacia el lugar de la Calavera (que en arameo se llama Gólgota). Allí lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio.

Pilato mandó que se pusiera sobre la cruz un letrero en el que estuviera escrito: «Jesús de Nazaret, Rey de los judíos.» Muchos de los judíos lo leyeron, porque el sitio en que crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad. El letrero estaba escrito en arameo, latín y griego.

—No escribas “Rey de los judíos” —protestaron ante Pilato los jefes de los sacerdotes judíos—. Era él quien decía ser rey de los judíos.

—Lo que he escrito, escrito queda —les contestó Pilato.

Jesús debe llevar su propio poste para la crucifixión. En el camino y seguramente por la pérdida de sangre y la falta de fuerzas a causa de los azotes, la corona de espinas y el tiempo que paso en juicio, Jesús da muestras de agotamiento, por lo cual le ordenan a Simón de Cirene (Marcos menciona incluso que este era el padre de Alejandro y Rufo, posiblemente miembros de la iglesia primitiva) para que ayude y así no demorar la crucifixión, que debía suceder antes del comienzo de la Pascua.

También le siguen muchas mujeres, sobre las cuales Jesús profetiza. Las mujeres eran una parte importante del ministerio de Jesús. Aunque no las vemos en las funciones de los apóstoles, si vemos que, entre otras cosas, sostenían financieramente el ministerio de Jesús. Después de la muerte y resurrección de Jesús, las encontramos reunidas con los apóstoles y los demás discípulos en el aposento alto, orando y esperando la llegada del Espíritu Santo.

A Jesús lo crucifican con dos condenados más, uno de los cuales se burla de él y otro que le pide a Jesús que le lleve consigo. Jesús le promete que estará con él en el paraíso. No solo el condenado se burló, también muchos de los judíos que estaban allí, probablemente para asegurarse de que estuviera muerto.

Jesús se niega a tomar una bebida que era usada para drogar a los condenados, para que sintieran menos dolor cuando les clavaran a la cruz.

En medio de las torturas y burlas a las que Jesús es sometido, su amor sigue abundando al pedir por el perdón de ellos.

Cuando alguien era condenado a muerte en la cruz, se colocaba un letrero con la sentencia por la cual era crucificado sobre el poste. Pilato pone claramente la declaratoria de que Jesús es el rey de los judíos y no lo que los fariseos piden. Lo que Pilato hace es profético, pues declara que por medio de la cruz, Jesús vuelve a retomar su posición de Rey. Al escribirlo en los 3 idiomas reinantes en esa época, lo declara indirectamente Rey de todo el mundo conocido.

Cuando los soldados crucificaron a Jesús, tomaron su manto y lo partieron en cuatro partes, una para cada uno de ellos. Tomaron también la túnica, la cual no tenía costura, sino que era de una sola pieza, tejida de arriba abajo.

—No la dividamos —se dijeron unos a otros—. Echemos suertes para ver a quién le toca.

Y así lo hicieron los soldados. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice:

«Se repartieron entre ellos mi manto, y sobre mi ropa echaron suertes.»

Mt. 27:32-44; Mr. 15:21-32; Lc. 23:26-43

De acuerdo al historiador Josefo, la única túnica en esa época que era hecha sin costuras, de una sola pieza, era la del sumo sacerdote. El sumo sacerdote era el único que podía entrar al lugar santísimo, en donde se encontraba el arca de pacto y que representaba la presencia misma de Dios. El sumo sacerdote hacía el sacrificio principal del cordero durante la Pascua. Jesús representa aquí que él es no solo el Hijo de Dios, sino que es el Sumo Sacerdote de Dios, que realiza el sacrificio principal de la Pascua. En este caso, el mismo como el Cordero.

Se cumple lo profetizado por David 1000 años atrás en Salmos 22:18.

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofas, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y a su lado al discípulo a quien él amaba (gr. agapao), dijo a su madre:

—Mujer, ahí tienes a tu hijo.

Luego dijo al discípulo:

—Ahí tienes a tu madre.

Y desde aquel momento ese discípulo la recibió en su casa (con los suyos).

Vemos otra vez a las mujeres acá. Juan menciona de manera especial a María, la madre de Jesús, a la tía de Jesús, la hermana de María, a la esposa de Cleofas (a quién Jesús se le aparece después de resucitar en el camino a Emaús) que también se llama María, y a María Magdalena, la que había sido liberada de varios demonios.

El discípulo amado es Juan mismo. Lo que Jesús hace al entregarle a Juan el cuidado de su madre, es en cumplimiento de las tradiciones del AT, en las cuales cuando la madre quedaba viuda el hermano mayor debía hacerse cargo de ella. Si el hermano mayor moría, este debía designar a otro hermano para cuidar de la madre mientras esta viviera. Jesús (posiblemente de manera intencional) no designa a ninguno de sus hermanos de sangre para hacer esta labor, sino que designa a su mejor amigo, como ejemplo tal vez de como debía ser la familia de Dios: hermanos y hermanas unos con otros. Juan entiende el mensaje y aloja desde ese entonces a María en su casa, como si fuera su propia madre.

Después de esto, como Jesús sabía que ya todo había terminado (concluido), y para que se cumpliera la Escritura, dijo:

—Tengo sed.

Había allí una vasija llena de vinagre; así que empaparon una esponja en el vinagre (con hisopo), la pusieron en una caña (la enrollaron) y se la acercaron a la boca. Al probar (tomar) Jesús el vinagre, dijo:

—Todo se ha cumplido (concluido, finalizado).

Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu (su aliento de vida).

Mt.27:45-56; Mr.15:33-41; Lc. 23:44-49


Durante el momento de la muerte de Jesús suceden varias cosas:

1.      Ocurre una oscuridad total durante 3 horas en pleno día…

2.      Jesús llama a su Padre en un momento en que se siente abandonado.

3.      Hay un fuerte temblor…

4.      La cortina que separa el lugar santo del lugar santísimo en el templo se parte en dos, dejando completamente abierto el acceso de todos a la presencia misma de Dios…

5.      Jesús muere dando parte de haber cumplido con su misión.

6.      Varios muertos resucitan y aparecen en Jerusalén.

La oscuridad total y el terremoto declaran el poder de Dios desatado sobre ese momento, demostrando que esto no era una muerte normal. Esto lo reconoce el centurión romano que se encontraba allí.

Por un momento la unidad entre Jesús y el Padre está rota. La razón: Dios no puede tener comunión (unidad) con el pecado. Ese es el momento en que Jesús carga sobre sí todo el pecado del mundo (como en el AT el cordero designado para eso). Después de esto Jesús declara el cumplimiento de su misión y al expirar un fuerte temblor confirma un cambio.

La cortina de separación se rompe en dos, declarando que con la muerte de Cristo como cordero santo, ya no hay necesidad de un sumo sacerdote que interceda por nosotros, sino que tenemos entrada directa a la presencia de Dios. Pablo explica esto bien en su carta a los Hebreos.

La resurrección de varios muertos demuestra el poder sobre la muerte que Jesús ya había estado anunciando. Mateo claramente dice que se trataba de santos. Ese término se le da después a los creyentes de la iglesia primitiva. Es posible entonces que los resucitados hayan sido todos personas que murieron por su fe y que eran seguidores de Jesús. Lo interesante es que esperan a la resurrección de Jesús para aparecerse a las personas en la ciudad.

Aquí se mencionan de nuevo a las mujeres, esta vez, observando todo desde la distancia. Se menciona además de las anteriores a: María la madre de Jacobo (el menor), José y Salomé (posiblemente la misma María que se menciona como esposa de Cleofas), la madre de los hijos de Zebedeo (Jacobo y Juan).

Era el día de la preparación para la Pascua. Los judíos no querían que los cuerpos permanecieran en la cruz en sábado, por ser éste un día muy solemne. Así que le pidieron a Pilato ordenar que les quebraran las piernas a los crucificados y bajaran sus cuerpos. Fueron entonces los soldados y le quebraron las piernas al primer hombre que había sido crucificado con Jesús, y luego al otro. Pero cuando se acercaron a Jesús y vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le abrió el costado (el costillar) con una lanza, y al instante le brotó sangre y agua. El que lo vio ha dado testimonio de ello, y su testimonio es verídico. Él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán ningún hueso» y, como dice otra Escritura: «Mirarán al que han traspasado.»

La costumbre de quebrarle las piernas a los crucificados se hacía para acelerar su muerte. Al no poder apoyarse sobre sus piernas quebradas, el crucificado moría por no poder respirar bien, ya que todo el peso de su cuerpo presionaba sobre los pulmones.

Los cuerpos no debían permanecer durante la Pascua allí, para evitar que fuera contaminada la celebración.

El que haya brotado sangre y agua (posiblemente el suero) del costado de Jesús (el costillar, posiblemente debajo del corazón) es una muestra médica de que Jesús murió de un infarto, causado probablemente por el estrés de la carga de pecado que llevo y la separación momentánea de Dios Padre.

Juan deja claro que él mismo estuvo presente y que puede testificar de ello, y que esto lo dice para que creamos, ya que se cumplen otras profecías: Éxodo 12:46, Salmos 34:20; Zacarías 12:10. Probablemente escribe esto para contrarrestar los rumores propagados por los judíos, de que Jesús en realidad no había muerto.

Después de esto, José de Arimatea le pidió a Pilato el cuerpo de Jesús. José era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos. Con el permiso de Pilato, fue y retiró el cuerpo. También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, llegó con unos treinta y cuatro kilos de una mezcla de mirra y áloe. Ambos tomaron el cuerpo de Jesús y, conforme a la costumbre judía de dar sepultura, lo envolvieron en vendas con las especias aromáticas. En el lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo en el que todavía no se había sepultado a nadie. Como era el día judío de la preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.


Mt. 27:57-66; Mr. 15:42-47; Lc. 23:59-56


Aquí vemos que se mencionan otros dos discípulos más: José de Arimatea y Nicodemo, ambas pertenecientes al sanedrín, el consejo de los sacerdotes judíos. José pide el cuerpo de Jesús a Pilatos para poder sepultarlo dignamente, pero los judíos se acuerdan de que Jesús había dicho que resucitaría al tercer día y hacen que la tumba sea custodiada por los romanos, ya que sospechan que los discípulos podrían robarse el cuerpo para poder decir después que Jesús había resucitado. Los romanos sellan el sepulcro y ponen guardias. El sello era de cera y contenía el sello del emperador. Quién rompiera dicho sello, era condenado a muerte.


Jesús es sepultado en un jardín directamente en el sitio en donde fue crucificado.


María Magdalena y María la madre de José (posiblemente la esposa de Cleofas) también están allí observando donde es puesto Jesús.