lunes, 28 de marzo de 2016

Juan 13:1-30 – La última cena – parte 1


Jesús y los discípulos se encuentran sentados juntos a la mesa, para celebrar la cena principal de la pascua, en la cual un cordero sin mancha era sacrificado. Durante la cena, que ocurre el viernes en la noche, Jesús sigue enseñando a sus discípulos de forma más privada.

Se acercaba (Antes de) la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar (cambiar de lugar) este mundo para volver (ir) al Padre. Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

¿Por qué sabia Jesús que su hora de volver al Padre le había llegado?

¿Qué significa que Jesús amó a los suyos en este mundo hasta el fin?

Llegó la hora de la cena (gr. deipnon: la cena, la comida principal, usualmente en la noche) - (Y mientras la cena sucedía…). El diablo ya había incitado (habiendo arrojado en el corazón (el centro de los pensamientos y los sentimientos) de) a Judas Iscariote, hijo de Simón, para que traicionara (entregara) a (Jesús). Sabía (Jesús) que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio (que el Padre le había dado todo en sus manos), y que había salido de Dios y a él volvía; así que se levantó de la mesa (de la cena), se quitó (colocó) el manto (vestido) y se ató (tomó) una toalla (delantal) a la cintura (ceñir). Luego echó agua en un recipiente (aguamanil) y comenzó a lavarles los pies a sus discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba (ceñida) a la cintura.

La cena que se tenía era la cena principal del día, la cual se celebraba por la noche. En este caso se trataba del banquete de celebración de la Pascua, con el cual los judíos recordaban la liberación de la esclavitud en Egipto, específicamente la noche en que el ángel de la muerte paso por las casas de los egipcios matando a los primogénitos y dejando tranquilos a los judíos que tuvieran los dinteles de su casa untados con la sangre del cordero sacrificado para esa cena. La cena incluía por lo tanto un cordero, pan sin levadura y algunas especias amargas. Ese mismo tipo de cena fue continuado por la iglesia primitiva pero todos los domingos que se reunían.

¿Qué sucede durante la cena?

¿Cómo incitó Satanás a Judas? ¿Qué implica eso para nosotros?

La influencia de nuestros pensamientos afecta nuestro destino. Todo comienza con un pensamiento con el cual comenzamos a fantasear. De tanto fantasear con ello terminamos entrando en acción. Cómo la acción se repite con el tiempo, terminamos generando un hábito. Ese hábito empieza a influenciar nuestro carácter y nuestro carácter afecta finalmente nuestro destino.

¿Qué sabía Jesús y por qué saber esto era importante?

¿Qué hace Jesús y por qué?

El acto de lavar los pies era realizado normalmente por un esclavo. ¿Qué implicaciones tenía el hecho de que Jesús asumiera el oficio de un esclavo?

Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo:

—¿Y tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?

—Ahora no entiendes (ves, conoces, saber) lo que estoy haciendo —le respondió Jesús—, pero lo entenderás (sabrás) más tarde.

—¡No! —protestó Pedro—. ¡Jamás (nunca por eternidad) me lavarás los pies!

—Si no te los lavo (a menos que te los lave), no tendrás parte conmigo.

—Entonces, Señor, ¡no sólo los pies sino también las manos y la cabeza!

—El que ya se ha bañado no necesita lavarse más que los pies —le contestó Jesús—; pues ya todo su cuerpo está (ya está completamente) limpio. Y ustedes ya están limpios, aunque no todos.

¿Por qué reacciona Pedro con recelo y rechazo ante la lavada de pies de Jesús?

¿Qué es lo que Pedro no entendía?

¿Qué genera el cambio de actitud? ¿Qué demuestra la demanda que hace Pedro de que se le laven también las manos y la cabeza?

¿Qué significa que si no deja Pedro a Jesús lavarle los pies, no tendría parte con él?

¿Qué declaración hace Jesús al final y que significa?

Jesús sabía quién lo iba a traicionar (entregar), y por eso dijo que no todos estaban limpios.

¿Cómo es que Jesús sabía esto?

¿Por qué sabiéndolo, no evito que sucediera lo que seguiría?

Cuando terminó de lavarles los pies, se puso el manto (vestido) y volvió a su lugar (se recostó de nuevo). Entonces les dijo:

—¿Entienden (Saben) lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman Maestro (instructor) y Señor (suprema autoridad), y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado (lavado ceremonial) los pies, también ustedes deben (están obligados a) lavarse los pies los unos a los otros. Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes. Ciertamente (Amén, amén) les aseguro que ningún siervo (esclavo) es más que su amo, y ningún mensajero (gr. apostolos) es más que el que lo envió (su despachador). ¿Entienden esto? (Si entienden, saben estas cosas,…) Dichosos (supremamente bendecidos) serán si lo ponen en práctica.

En esa época se comía estando recostados a la mesa.

¿Qué quiere Jesús que los discípulos y nosotros aprendamos de lo que él hizo al lavar los pies de sus apóstoles?

¿Qué significa que estamos obligados a hacer lo mismo? ¿Cómo se ve eso hoy en día? ¿De qué formas prácticas nos podemos ‘lavar los pies’ hoy en día?

¿Qué quiere decir Jesús con que ningún esclavo es mayor que su amo, y que ningún mensajero es mayor que su despachador?

¿Qué es lo que debemos entender?

¿Qué implica esta enseñanza en cuanto a la forma en que debemos ejercer el liderazgo en la eclesia?

¿Qué hace que seamos supremamente bendecidos? ¿Por qué eso nos bendice?

»No me refiero a (hablo de) todos ustedes; yo sé a quiénes he escogido (seleccionado). Pero esto es para que se cumpla (complete) la Escritura: “El que comparte el pan conmigo (el que come de mi pan) me ha puesto la zancadilla (levanta contra mí su talón).” (Salmo 41:9)

¿Por qué aunque Jesús sabía a quiénes había escogido, escogió a alguien que le traicionaría?

»Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda crean (tengan fe) que yo soy (gr. egoó eimi). Ciertamente les aseguro (de seguro, de seguro les digo) que el que recibe (toma, se agarra del) al que yo envío (despacho) me recibe (toma, se agarra de) a mí, y el que me recibe (se agarra de) a mí recibe (se agarra del) al que me envió.

¿Por qué Jesús les dice con antelación lo que iba a suceder?

¿Cómo es que ese suceso haría que ellos tuvieran fe el Jesús?

La fórmula ‘egoó eimi’ era bien conocida entre los judíos como el nombre que Dios le revelo a Moisés en la zarza ardiente: ‘Yo soy’. Significaba que con ello Jesús declaraba su divinidad.

¿Qué pasa con el que se agarra de quién Jesús envía? La palabra traducida aquí como recibir implica también la toma violenta de algo. Jesús la usa también cuando menciona que el reino de Dios es tomado por los violentos, dando a entender que requiere de una batalla, una lucha para tomar la salvación.

Dicho esto, Jesús se angustió profundamente (agitarse, moverse en el espíritu) y declaró (dio testimonio, fue testigo):

—Ciertamente les aseguro (De cierto, de cierto les digo) que uno de ustedes me va a traicionar (entregar).

¿Por qué se intranquiliza Jesús en su espíritu?

¿Qué declaración hace Jesús? ¿Qué podría significar que en el original se use la palabra ‘ser testigo de’?

Los discípulos se miraban unos a otros sin saber a cuál de ellos se refería (confundidos sobre quién hablaba). Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús amaba, estaba a su lado (recostado en su pecho). Simón Pedro le hizo señas (con la cabeza) a ese discípulo y le dijo:

—Pregúntale a quién se refiere. (… para que preguntara a quién se refería).

—Señor, ¿quién es? —preguntó él, reclinándose (recostado) sobre (el pecho de) Jesús.

—Aquel a quien yo le dé este pedazo de pan (bocado) que voy a mojar en el plato (untar como en una salsa) —le contestó Jesús.

¿Por qué los discípulos estaban confundidos con la declaración de Jesús?

La amistad entre los discípulos y Jesús es muy evidente en la escena del discípulo amado (Juan mismo). Pedro, quién siempre ha sido el extrovertido y hablador, es quién incita a Juan a averiguar más.

¿Qué respuesta les da Jesús? ¿Por qué no dice directamente quién es, si él ya sabe? ¿Qué podemos aprender de la actitud o diplomacia de Jesús?

Acto seguido, mojó el pedazo de pan (porción, bocado) y se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. Tan pronto como Judas tomó el pan (bocado), Satanás (el acusador) entró en él.

—Lo que vas a hacer, hazlo pronto (rápido) —le dijo Jesús.

Ninguno de los que estaban (recostados) a la mesa entendió por qué le dijo eso Jesús. Como Judas era el encargado del dinero (tenía el monedero), algunos pensaron que Jesús le estaba diciendo que comprara (fuera al mercado a comprar) lo necesario para la fiesta, o que diera algo a los pobres. En cuanto Judas tomó el pan (bocado), (inmediatamente) salió de allí. Ya era de noche.


¿A quién le entrega Jesús el bocado de pan? ¿Qué pasa tan pronto se lo entrega?


¿Qué significa que Satanás entró en él?


¿A qué se refería Jesús con lo que le dice a Judas? ¿Qué entienden los discípulos? ¿Por qué no se dan cuenta de que el traidor era Judas?


¿Qué características debía tener Judas, que hacían difícil para sus compañeros pensar en que fuera un traidor? ¿Qué implica para nosotros?

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