lunes, 28 de marzo de 2016

Juan 9:1-41 – Jesús sobre la ceguera física y la espiritual

Jesús continua su paso por Jerusalén y mientras está de paso hace diferentes milagros que usa para enseñar varias verdades y principios.

A su paso, Jesús (Mientras Jesús pasaba por allí/pasaba de largo) vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron:

—Rabí, para que este hombre haya nacido ciego, ¿quién pecó (errar, fallar la diana), él o sus padres?

Cada vez que Dios ‘pasa de largo’ un milagro sucede. Recordemos las muchas otras ocasiones en donde Dios ‘pasaba de largo’: Abraham, Moisés, su caminada sobre el agua.

¿Por qué los discípulos preguntan esto?

La creencia existente se basaba en el Antiguo Testamento, según el cual una de las señales de maldición por pecar era la ceguera. Y estas maldiciones se transmitían de generación en generación, hasta la cuarta generación.

—Ni él pecó, ni sus padres —respondió Jesús—, sino que esto sucedió para que la obra (los actos) de Dios se hiciera evidente en su vida (en él). Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo (es necesario que trabajemos en) la obra (las obras – pl.) del que me envió. Viene la noche cuando nadie puede trabajar. Mientras esté yo en el mundo, luz soy del mundo.

¿Cuál es la respuesta de Jesús? ¿Qué significa?

¿Cuáles son las obras del que envió a Jesús, en las cuales debemos trabajar?

Dicho esto, escupió en el suelo, hizo barro con la saliva y se lo untó en los ojos al ciego (a él), diciéndole:

—Ve y lávate en el estanque de Siloé (que significa: Enviado – Gr. apostello: puesto aparte para ser enviado).

El ciego fue y se lavó, y al volver ya veía.

¿Qué le dice Jesús al ciego que haga? ¿Por qué? ¿Qué tan lógica es esta orden?

¿Por qué el Juan considera importante incluir la traducción del nombre del estanque en este pasaje? ¿Qué significado e implicaciones tiene ese nombre?

¿Cuál es el resultado de la acción que Jesús mandó a hacer al ciego? ¿Por qué?

Sus vecinos y los que lo habían visto pedir limosna (ser limosnero, mendigo) decían: «¿No es éste el que se sienta a mendigar (y mendiga)?» Unos aseguraban: «Sí, es él.» Otros decían: «No es él, sino que se le parece.» Pero él insistía: «Soy yo.»

—¿Cómo entonces se te han abierto los ojos? —le preguntaron.

(Respondió él:) —Ese hombre que se llama Jesús hizo un poco de barro, me lo untó en los ojos y me dijo: “Ve y lávate en Siloé.” Así que fui, me lavé, y entonces pude ver (recobre la vista).

—¿Y dónde está ese hombre? —le preguntaron.

—No lo sé —respondió.

¿Cuál es la reacción de los que le conocían? ¿Por qué les costaba trabajo creer que él fuera el mismo hombre?

¿Cómo responde el hombre  a las preguntas? ¿Qué nos muestra sobre Jesús?

Llevaron ante los fariseos (grupo religioso separatista) al que había sido ciego. Era sábado cuando Jesús hizo el barro y le abrió los ojos al ciego. Por eso los fariseos, a su vez (otra vez), le preguntaron (interrogaron) cómo había recibido la vista.

¿Por qué se llevan los fariseos al ciego para interrogarlo? ¿Qué esperan encontrar?

¿Puede el hacer barro y sanar a alguien ser considerado trabajo? ¿Violó Jesús las leyes del Sabbath judío?

—Me untó barro en los ojos, me lavé, y ahora veo —respondió.

Algunos de los fariseos comentaban: «Ese hombre no viene de parte de (no es de) Dios, porque no respeta (guarda) el sábado.» Otros objetaban: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes señales?» Y había desacuerdo entre ellos.

Por eso interrogaron de nuevo al ciego:

—¿Y qué opinas (dices) tú de él? Fue a ti a quien te abrió los ojos.

—Yo digo que es profeta —contestó.

¿Realmente no guardaba Jesús el día de reposo? ¿Qué dice el AT del día de reposo? – Gén. 2:2-3, Ex. 20:8-11. ¿Qué espera Dios del día de reposo? – Mat. 12:1-14.

Según la respuesta de algunos fariseos, ¿qué no puede hacer un pecador? ¿Por qué?

¿Cuál es la opinión del que fue ciego? ¿Por qué le preguntan a él su opinión?

Pero los judíos no creían que el hombre hubiera sido ciego y que ahora viera, y hasta llamaron a sus padres y les preguntaron:

—¿Es éste su hijo, el que dicen ustedes que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver?

—Sabemos que éste es nuestro hijo —contestaron los padres—, y sabemos también que nació ciego. Lo que no sabemos es cómo ahora puede ver, ni quién le abrió los ojos. Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad (maduro) y puede responder por sí mismo.

Sus padres contestaron así por miedo a los judíos, pues ya éstos habían convenido (acordado en consenso) que se expulsara (excomulgara) [de la sinagoga] a todo el que reconociera (asintiera) que [Jesús] era el Cristo (el ungido). Por eso dijeron sus padres: «Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad (maduro).»

¿Por qué los judíos no podían o querían creer el milagro?

¿Cuál es la reacción de los padres ante el interrogatorio? ¿Por qué?

¿Qué tan grave era que alguien fuera excomulgado?

¿Por qué los judíos no querían que nadie reconociera en Jesús al Mesías?

Por segunda vez llamaron los judíos al que había sido ciego, y le dijeron:

—Júralo por (Dale gloria a) Dios. (Fórmula judía para lograr un juramento) A nosotros nos consta (sabemos) que ese hombre es pecador.

—Si es pecador, no lo sé —respondió el hombre—. Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo.

Pero ellos le insistieron:

—¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?

—Ya les dije y no me hicieron caso (escucharon). ¿Por qué quieren oírlo de nuevo? ¿Es que también ustedes quieren hacerse (desean ser) sus discípulos?

¿Por qué insisten los judíos tanto en las mismas preguntas? ¿Qué esperan lograr al hacer jurar al que fue ciego?

¿De qué acusan a Jesús? ¿Qué les responde el hombre al respecto?

¿Qué piensa finalmente el hombre que son los motivos de tantas preguntas?

Entonces lo insultaron (reprocharon) y le dijeron:

—¡Discípulo de ése lo serás tú! ¡Nosotros somos discípulos de Moisés! Y sabemos que a Moisés le habló Dios; pero de éste no sabemos ni de dónde salió.

¿Cuál es la reacción de los judíos ante la afirmación del hombre? ¿En qué vuelven y se escudan?

—¡Allí está lo sorprendente (maravilloso)! —respondió el hombre—: que ustedes no sepan de dónde salió, y que a mí me haya abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí a los piadosos (los que reverencian a Dios) y a quienes hacen su voluntad (determinación). Jamás (desde el comienzo de los tiempos no) se ha sabido que alguien le haya abierto los ojos a uno que nació ciego. Si este hombre no viniera de parte de Dios, no podría (sería capaz de) hacer nada.

Ellos replicaron:

—Tú, que naciste sumido en pecado, ¿vas a darnos lecciones?

Y lo expulsaron.

¿Qué es lo que le parece sorprendente al hombre? ¿Por qué?

¿Qué afirmación hace el hombre que ya vimos al comienzo?

¿Cuál es la reacción final de ellos?

Jesús se enteró de que habían expulsado a aquel hombre, y al encontrarlo le preguntó:

—¿Crees en el Hijo del hombre?

¿Qué hace Jesús cuando se entera de lo sucedido? ¿Por qué?

¿Por qué hace Jesús esa pregunta? ¿Quién es ‘el Hijo de Hombre’?

—¿Quién es, Señor? Dímelo, para que crea en él.

—Pues ya lo has visto (discernir con claridad)—le contestó Jesús—; es el que está hablando contigo.

¿Qué implica la respuesta del hombre?

—Creo, Señor —declaró el hombre.

Y, postrándose, lo adoró. (Gr. proskuneo: adorar como cuando un perro lame la mano de su dueño).

¿Cómo es que el hombre reconoce a Jesús como Mesías?

¿Cuál es su reacción?

¿Qué podemos deducir sobre como una persona se convierte en creyente de este texto?

La llamada ‘oración de fe’ no existe en la Biblia; fue instituida por Dwight L. Moody en el siglo 19. Antes de eso no existía nada parecido. Los primeros creyentes demostraban su fe al bautizarse y hacer las obras de amor y fe; lo demostraban con un cambio real de vida. También se notaba a través de la llenura del Espíritu Santo manifestado en lenguas o profecías.

Entonces Jesús dijo:

—Yo he venido a este mundo para juzgarlo (decidir en un juicio), para que los ciegos (los que no ven) vean, y los que ven se queden ciegos (no vean).

¿A qué vino Jesús al mundo? ¿A qué se refiere?

Algunos fariseos que estaban con él, al oírlo hablar así, le preguntaron:

—¿Qué? ¿Acaso también nosotros somos ciegos?

Jesús les contestó:

—Si fueran ciegos, no serían culpables de (tendrían) pecado, pero como afirman que ven, su pecado permanece.

¿Cuál es la reacción de los fariseos? ¿Por qué?

¿Qué les está diciendo Jesús con su respuesta? ¿Qué implica para nosotros?

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