lunes, 28 de marzo de 2016

Juan 18:1-40 – Jesús es arrestado y juzgado


Una vez que termina de orar, Jesús se dirige al otro lado del arroyo al huerto de Getsemaní con los discípulos.

Cuando Jesús terminó de orar (Después de haber dicho estas cosas), salió con sus discípulos y cruzó el arroyo de Cedrón. Al otro lado había un huerto (jardín) en el que entró con sus discípulos.

También Judas, el que lo traicionaba (entrega), conocía aquel lugar, porque muchas veces (frecuentemente) Jesús se había reunido allí con sus discípulos.

¿Qué hace Jesús, después de decir todo lo que dijo? ¿Por qué?

¿Qué había al otro lado del arroyo? ¿Qué se hace normalmente en un jardín? ¿Qué hacía Jesús regularmente en ese jardín? ¿Por qué se reúne en un jardín? ¿Qué significado espiritual tiene un jardín?

Así que Judas llegó al huerto, a la cabeza de (habiendo reunido, tomado) un destacamento (escuadrón) de soldados y guardias (oficiales) de los jefes de los sacerdotes y de los fariseos. Llevaban antorchas, lámparas y armas.

¿Quiénes llegan al huerto? ¿Con qué objetivo?

Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, les salió al encuentro.

—¿A quién buscan (adoran, contra quién conspiran)? —les preguntó.

—A Jesús de Nazaret (el Nazareno) —contestaron.

—Yo soy (Gr.: Ego eimi (ser/existir)).

Judas, el traidor (que le entrega), estaba con ellos. Cuando (Al momento que) Jesús les dijo: «Yo soy», dieron un paso atrás (se fueron hacia atrás) y se desplomaron (cayeron postrados).

¿Cómo es que Jesús sabía lo que le iba a suceder? ¿Quién le había dicho? ¿Cómo podía saberlo y estar seguro de ello?

¿Qué efecto tiene que Jesús use la palabra buscar que contiene también el contexto de conspirar?

¿Qué pasa cuando Jesús les responde ‘yo soy’? ¿Por qué? ¿Qué significado tiene ‘yo soy’?

—¿A quién buscan (conspirar)? —volvió a preguntarles Jesús.

—A Jesús de Nazaret —repitieron.

—Ya les dije que yo soy. Si es a mí a quien buscan (conspirar), dejen que éstos se vayan (se retiren).

(Esto sucedió) para que se cumpliera (completara) lo (el logos) que había dicho: «De los que me diste ninguno se perdió (murió).»

¿Por qué vuelve y pregunta Jesús?

¿Qué pide Jesús? ¿Para qué?

Simón Pedro, que tenía una espada (daga, cuchillo), la desenfundó e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole (amputándole) la oreja derecha. (El siervo se llamaba Malco.)

—¡Vuelve esa espada (daga) a su funda! —le ordenó (dijo) Jesús a Pedro—. ¿Acaso no he de beber el trago amargo (la copa) que el Padre me da (a beber)?

¿Qué hace Pedro? ¿Por qué? – Lecturas paralelas: Mt. 26:47-56, Mr. 14:43-50, Lc. 22:47-53.

¿Cuál es la respuesta de Jesús ante la reacción de Pedro?

Entonces los soldados, con su comandante, y los guardias de los judíos, arrestaron a Jesús. Lo ataron y lo llevaron primeramente a Anás, que era suegro de Caifás, el sumo sacerdote de aquel año. Caifás era el que había aconsejado (recomendado) a los judíos que era preferible (ventajoso) que muriera un solo hombre por el pueblo (la gente).

¿Qué hicieron con Jesús? ¿Por qué?

¿Qué hace un sumo sacerdote? ¿Qué había ‘profetizado’ Caifás?

Simón Pedro y otro discípulo seguían a (iban por el mismo camino con) Jesús. Y como el otro discípulo era (bien) conocido del sumo sacerdote, entró en el patio del sumo sacerdote (junto) con Jesús; Pedro, en cambio, tuvo que quedarse afuera, junto a la puerta. El discípulo conocido del sumo sacerdote volvió entonces a salir, habló con la portera de turno y consiguió que Pedro entrara.

¿Quiénes seguían a Jesús? ¿Quién es el ‘otro discípulo’? ¿Por qué sabemos que es Juan mismo? ¿Cómo logra Juan que Pedro entre al patio?

—¿No eres tú también uno de los discípulos de ese (este) hombre? —le preguntó la portera (niña esclava).

—No lo soy —respondió Pedro.

Los criados (esclavos) y los guardias estaban de pie alrededor de una fogata que habían hecho para calentarse, pues hacía frío. Pedro también estaba de pie con ellos, calentándose.

¿Qué le pregunta la portera a Pedro? ¿Cuál es la respuesta de Pedro? ¿Por qué miente?

Mientras tanto, el sumo sacerdote interrogaba a Jesús acerca de sus discípulos y de sus enseñanzas.

—Yo he hablado abiertamente (directamente) al mundo —respondió Jesús—. Siempre he enseñado en las sinagogas o en el templo, donde se congregan todos los judíos. En secreto (privado) no he dicho nada. ¿Por qué me interrogas a mí? ¡Interroga a los que me han oído hablar(les)! Ellos deben saber (saben - enfático) lo que dije.

Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí cerca le dio una bofetada y le dijo:

—¿Así contestas al sumo sacerdote?

—Si he dicho algo malo (hablado mal, injuria) —replicó Jesús—, demuéstramelo (da testimonio de lo injurioso). Pero si lo que dije es correcto (está bien), ¿por qué me pegas?

(Entonces) Anás lo envió (había enviado), todavía atado, a Caifás, el sumo sacerdote.

¿Qué quiere saber el sumo sacerdote? ¿Por qué?

¿Qué le responde Jesús? ¿Qué podemos aprender de ello? ¿Por qué quiere Jesús que interrogue a los que le escuchaban?

¿Cuál es la reacción de Jesús cuando es golpeado? ¿Qué debemos aprender de ello?

Mientras tanto, Simón Pedro seguía de pie, calentándose.

—¿No eres tú también uno de sus discípulos? —le preguntaron.

—No lo soy —dijo Pedro, negándolo.

—¿Acaso no te vi en el huerto con él? —insistió uno de los siervos (esclavos) del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le había cortado (amputado) la oreja.

Pedro volvió a negarlo, y en ese instante cantó el gallo.

¿Cómo reacciona Pedro a las preguntas de la gente? ¿Qué sucede al final? ¿Qué se cumplía con ello? – Mt. 26:69-75, Mr. 14:66-72, Lc. 22:55-62.

Luego los judíos llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano (pretorio: la corte). Como ya amanecía, los judíos no entraron en el palacio (la corte), pues de hacerlo (para que no) se contaminarían ritualmente y no podrían (pudieran) comer la Pascua. Así que Pilato salió a interrogarlos (ellos y les preguntó):

—¿De qué delito acusan a este hombre?

—Si no fuera un malhechor (depravado) —respondieron—, no te lo habríamos entregado.

—Pues llévenselo ustedes y júzguenlo (decidan) según su propia ley —les dijo Pilato.

—Nosotros no tenemos ninguna autoridad para (la ley no nos permite) ejecutar (matar) a nadie —objetaron los judíos.

Esto sucedió para que se cumpliera (completara) lo que (el logos de) Jesús había dicho, al indicar la clase de muerte que iba a sufrir.

¿A dónde llevan los judíos a Jesús? ¿Por qué?

¿Por qué no pueden los judíos entrar a la corte?

¿Cuáles son los cargos que le imputan a Jesús los judíos?

¿Por qué los judíos no pueden juzgar a Jesús como ellos quieren?

¿De qué muerte iba a morir Jesús? ¿Cómo se cumple esta palabra?

Pilato volvió a entrar en el palacio (la corte) y llamó a Jesús.

—¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó.

—¿Eso lo dices tú (por ti mismo) —le respondió Jesús—, o es que otros te han hablado de mí?

—¿Acaso soy judío? —replicó Pilato—. Han sido tu propio pueblo (tu propia etnia) y los jefes de los sacerdotes los que te entregaron a mí. ¿Qué has hecho?

—Mi reino no es de este mundo (cosmos) —contestó Jesús—. Si (mi reino) lo fuera (de este mundo), mis propios guardias (oficiales) pelearían (lucharían) para impedir que (para que no sea entregado a) los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo (aquí).

—¡Así que eres (un) rey! —le dijo Pilato.

—Eres tú quien dice (Tú dices) que soy rey. Yo para esto nací (fui procreado), y para esto vine al mundo (cosmos): para dar testimonio (testificar; gr. martureo) de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz (tono).

—¿Y qué es la verdad? —preguntó (dijo) Pilato.

¿Qué habla Pilato con Jesús en privado? ¿Por qué quiere saber si Jesús es el rey de los judíos?

¿Qué diferencia hay en que Pilato pregunte por sí mismo o porque los demás le hayan contado?

¿Qué dice Jesús sobre su reino? ¿Qué significa eso para nosotros?

¿Para qué nació Jesús? ¿Quién escucha la voz de él? ¿Qué significa estar de parte de la verdad? ¿Qué es la verdad?

Dicho esto, salió otra vez a ver a los judíos.

—Yo no encuentro (crimen o culpa en él) que éste sea culpable de nada —declaró—. Pero como ustedes tienen la costumbre de que les suelte (libere completamente) a un preso durante la Pascua, ¿quieren que les suelte (libere completamente) al “rey de los judíos”?

—¡No, no sueltes a ése; suelta a Barrabás! —volvieron a gritar (desaforadamente).

Y Barrabás era un bandido (ladrón).


¿Cuál es el veredicto de Pilato? ¿Qué le propone a los judíos?


¿Qué prefieren los judíos? ¿Qué demuestra esto? ¿Qué implica hoy en día?

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